El mar sigue tragándose las vidas de miles de personas migrantes que tratan de llegar a Europa en busca de una vida mejor.
 
 

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Según el último informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al menos 1.146 personas fallecieron intentando llegar a Europa por mar en los primeros seis meses de 2021.
 
Esto supone más del doble que los 513 fallecimientos registrados en el mismo periodo de 2020 y supera las 675 muertes del primer semestre de 2019.
 
De nuevo, el mar Mediterráneo fue el epicentro de la catástrofe: 896 de esas muertes se produjeron allí, un 130 por ciento más que en los primeros seis meses del año pasado.
 
En la ruta del Mediterráneo central (que lleva desde Libia o Túnez a países como Italia o Malta) fallecieron 741 personas, otras 149 en la ruta occidental (de Argelia o Marruecos hacia España) y seis en la ruta oriental (que une Turquía con Grecia o Chipre).
 
Asimismo, unas 250 personas murieron intentando llegar a las Islas Canarias transitando los más de 200 kilómetros que unen el archipiélago español y África Occidental por aguas del Atlántico. Es también un aumento del más del doble respecto a las 124 muertes del primer semestre de 2020 en esa ruta.
 
El aumento de las muertes está directamente relacionado con un crecimiento de los flujos migratorios, algo en lo que influyen la crisis económica y las restricciones de movilidad derivadas de la pandemia de COVID-19, un escenario que propició un repunte del 58 por ciento de las llegadas respecto al año anterior, con el desembarco de 75.562 personas migrantes a Europa entre enero y junio de 2021.
 
NAUFRAGIOS INVISIBLES
 
Pese a la pérdida de más de mil vidas, el informe de la OIM recuerda que el recuento oficial no alcanza a reflejar la totalidad de casos, ya que muchos naufragios quedan fuera del radar de las autoridades.
 
"Cientos de casos de naufragios invisibles han sido informados por ONGs en contacto directo con quienes estaban a bordo o con sus familias. Tales casos, que son extremadamente difíciles de verificar, indican que las muertes en las rutas marítimas a Europa son mucho más que las que muestran los datos de los que se dispone", señala el organismo de la ONU.
 
El caso de Sohail Al Sagheer, un joven argelino de 22 años que partió de Argelia hacia España con nueve amigos el 24 de marzo, refleja las dificultades para saber qué ocurre con las pateras una vez en el mar.
 
Tras semanas sin saber nada de él, su familia llevó adelante una búsqueda frenética de información acerca de lo que podía haberle ocurrido, desgarrada por rumores que indicaban que se encontraba entre las víctimas de un naufragio cerca de la costa de Almería, en Andalucía, al sur de España.
 
Sin embargo, según recuerda el informe de la OIM, sus restos finalmente pudieron ser recuperados el 5 de abril, cerca de la costa de Aïn Témouchent, en Argelia.
 
Del mismo modo, la OIM destaca que, por ejemplo, los datos de naufragios en la ruta hacia las Islas Canarias están "claramente incompletos" porque no hay estadísticas de cuántas embarcaciones parten desde África o cuantas son interceptadas por las autoridades de Marruecos, Senegal o Mauritania.
 
Lo que sí se sabe es que España documentó un espectacular aumento de la llegada de migrantes en esa ruta. En los primeros meses de 2021 llegaron 6.555 migrantes al archipiélago frente a las 2.700 que lo hicieron en el mismo periodo de 2020, de nuevo más del doble.
 
Ante ese aumento del tráfico, la agencia de la ONU ve motivos suficientes para pensar que los datos no reflejan el calibre de las tragedia migratoria, sobre todo si se atiende al relato de quienes sobreviven a la travesía, como Aicha, una joven costamarfileña de 17 años que el 4 de abril salió de Mauritania hacia las Islas Canarias junto a otras 59 personas.
 
"Dos días después no nos quedaba agua ni comida. Al cuarto día se acabó la gasolina. Había hombres que ya no podían ponerse de pie y que gritaban de sed. Usamos un zapato para darles un poco de agua de mar. Al principio rezábamos. Luego dejamos de hacerlo. No teníamos fuerza ni para tirar los cuerpos al agua", cuenta Aisha, cuyo testimonio recoge el informe de la OIM.
 
Tras pasar 22 días a la deriva, un avión de las Fuerzas Armadas de España localizó la embarcación 490 kilómetros al sur de la isla de El Hierro con 56 cadáveres a bordo. Solo sobrevivieron tres tripulantes.
 
"Todavía en 2021, se sabe poco sobre aquellos que mueren en el mar y las familias que dejan detrás", concluye el informe de la OIM.
 
UN FRACASO DE LOS ESTADOS
 
Además, el organismo de la ONU expresó su preocupación por situaciones como las de Libia, que en los primeros seis meses de 2021 retornó a más de 15.300 personas migrantes, casi tres veces más que en el mismo periodo de 2020 (5.476).
 
"Esto es preocupante porque los migrantes que son retornados a Libia están sujetos a detención arbitraria, extorsión, desapariciones y tortura", destaca la OIM.
 
Tras constatar el aumento de la mortalidad conocida en las travesías a Europa, la OIM lanzó un llamamiento a la comunidad internacional, destacando que la situación se debe a un "fracaso" a la hora de garantizar el cumplimiento del derecho internacional.
 
"La OIM reitera el llamamiento a los Estados para que tomen pasos proactivos e inmediatos para la reducción de las pérdidas de vidas en las rutas migratorias a Europa y sostengan las obligaciones que les competen en el marco del derecho internacional", dijo el Director General de la OIM António Vitorino. 
 
 
Con información de Sputnik