Ankara sigue la situación en torno al ingreso de Finlandia y Suecia en la Alianza Atlántica y no puede percibirlo positivamente, declaró el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
"Estamos siguiendo ese proceso, y no tenemos opinión positiva al respecto. Antes se cometió un error en cuanto a Grecia. Ustedes estarán al tanto de cómo se porta Grecia en la Alianza con respecto a Turquía. Siendo Turquía, no queremos cometer un nuevo error. Los países escandinavos tienen la costumbre de dispensar una "acogida hospitalaria" a los terroristas, permitirles entrar en el parlamento. Por eso no podemos mirar eso positivamente", dijo a los periodistas.
Finlandia y Suecia empezaron a estudiar sobre la posibilidad de renunciar a su estatus neutral, que tenían a lo largo de muchos años, e ingresar en la OTAN, usando como fondo la operación militar rusa en Ucrania. El jefe de la Alianza, Jens Stoltenberg, dijo que a la OTAN le será grato ver en sus filas a Finlandia y Suecia, y que el procedimiento de su ingreso se cumpliría rápido.
La embajadora de EE. UU. ante la OTAN, Julianne Smith, señaló que la Alianza espera que estos países tomen la decisión de ingresar en los próximos meses o semanas y agregó que Estados Unidos lo aplaudiría.
Rusia señaló en numerosas ocasiones que la OTAN busca confrontación. Dmitri Peskov, el portavoz del presidente ruso, declaró que una nueva ampliación de la Alianza no aportará más seguridad para Europa, en tanto advirtió del carácter agresivo de la OTAN y, al mismo tiempo, reconoció que la adhesión de Finlandia y Suecia a ese bloque no presentará una amenaza existencial para Rusia.
El embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitri Polianski, recordó que el ingreso de estos dos Estados escandinavos en la OTAN y el futuro emplazamiento en sus territorios de unidades militares de la Alianza los convierte en potenciales blancos para el Ejercito ruso.
Con información de Sputnik