Japón decidió privar a Rusia de su condición de nación más favorecida tras el lanzamiento de la operación militar rusa en Ucrania, comunicó este miércoles el primer ministro japonés, Fumio Kishida.
"Junto con los países del Grupo de los Siete incrementaremos la presión política y económica sobre Rusia, para lo cual tomaremos cinco medidas", dijo en una rueda de prensa.
Estas medidas son: privar a Rusia del estatus de nación más favorecida en el comercio exterior; ejercer un control más rígido de las importaciones y exportaciones de Rusia; impedir que Rusia capte inversiones de organizaciones financieras internacionales como el Banco Mundial o el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo; congelar los activos a un mayor número de empresarios y magnates rusos, personas del entorno del presidente Vladímir Putin, y recurrir a la ayuda de las bolsas de criptomonedas y entidades financieras para impedir que Rusia eluda las sanciones financieras.
Rusia gozó de su condición de nación más favorecida por ser miembro de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Uno de los principios fundamentales de la OMC consiste en facilitar a un país las mismas condiciones de comercio de las que gozan los demás miembros de la organización. Rusia como miembro de la OMC recibió el estatus de "nación más favorecida" en 2012.
Los países del Grupo de los Siete (G7) compuesto por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, anunciaron el 11 de marzo la necesidad de privar a Rusia del estatus de nación más favorecida. Tres días después, 14 países miembros de la OMC expresaron su repudio a la operación militar rusa en Ucrania y exigieron excluir a Rusia de la lista de países beneficiarios de la cláusula de mayor favorecimiento.
La exclusión de un país del régimen de mayor favorecimiento significa ante todo el aumento de los aranceles para sus productos.
Kishida fue preguntado en la rueda de prensa si los proyectos de petróleo y gas en Sajalín (Extremo Oriente de Rusia) también sufrirían sanciones y contestó que Japón tiene en Sajalín sus "propios intereses".
"En lo que se refiere a los proyectos en Sajalín, Japón tiene allí sus propios intereses, y se trata especialmente del proyecto Sakhalin-2 que nos permite obtener energía a bajos precios… Es un proyecto importante para nuestro país desde el punto de vista de la estabilidad de los suministros energéticos", subrayó el primer ministro nipón.
Según agregó, cerca del 60 por ciento del gas natural licuado producido en Sakhalin-2 es suministrado a Japón.
El 28 de febrero, la multinacional petrolera Shell a la luz de los acontecimientos en Ucrania, anunció la intención de suspender su participación en los proyectos conjuntos con las rusas Gazprom y Gazprom Neft –incluidos los proyectos Sakhalin-2, Yenisei y Salym Petroleum– y también retirarse del proyecto de gas Nord Stream 2.
A su vez, el gigante petrogasífero norteamericano ExxonMobil anunció que inició los procedimientos para salir del proyecto Sakhalin-1 debido a la situación en Ucrania, donde Rusia lanzó una operación militar. ExxonMobil opera ese proyecto en nombre de un consorcio internacional integrado por compañías japonesas, indias y rusas.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció el 24 de febrero el lanzamiento de una "operación militar especial" en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al "genocidio" por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es "la desmilitarización y la desnazificación" de Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso afirma que los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
Ucrania rompió las relaciones diplomáticas con Rusia, impuso la ley marcial en todo el territorio nacional, además del toque de queda en Kiev y otras ciudades y decretó la movilización general.
Numerosos países condenaron la actuación de Rusia en Ucrania y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales que buscan infligirle a la economía rusa el mayor daño posible.
Con información de Sputnik