Francisco Bravo Atias
La próxima semana Chile y Bolivia se enfrentan nuevamente. Pero no con amagues en una cancha de fútbol, sino que con argumentos en el neorrenacentista Palacio de la Paz en La Haya, sede de la Corte internacional de Justicia de las Naciones Unidas, en el marco del inicio de los alegatos orales por la disputa del uso de las aguas del río Silala.
El equipo político y de expertos que representará a Chile en el país de los tulipanes y Johan Cruyff coincide en que este juicio, a diferencia de otros diferendos bilaterales como la histórica demanda marítima de Bolivia, se centrará principalmente en argumentos técnicos, dejando de lado asuntos más políticos o emocionales de la contingencia. Es por ello que, si bien los directores técnicos de los equipos serán abogados y políticos, las estrellas que deben lucirse serán los científicos.
En el caso de Chile, geólogos, hidrólogos y expertos de distintas disciplinas trabajaron en conjunto para ilustrar e intentar probar que el Silala, que cruza la frontera de las dos naciones por el altiplano andino, es un río internacional y que los dos países ribereños tienen derecho al uso de sus aguas. Chile buscará contrarrestar la postura boliviana, cuyos científicos viajarán a asegurar que las aguas del afluente nacen de manantiales en Bolivia y que Chile está haciendo un uso gratuito e indebido de ellas.
Una de las características peculiares de este litigio será su modalidad telemática debido a la pandemia del covid-19, por eso solo dos científicos viajarán a La Haya representando al amplio equipo de expertos nacionales. Uno es el británico Howard Wheater, ingeniero hidrólogo de la Universidad de Cambridge y doctor en hidrología de la Universidad de Bristol, a quien Chile contrató debido a su amplia experiencia en juicios internacionales sobre cursos de agua.
"El Silala ha cruzado por varios miles de años los territorios de lo que hoy son Bolivia y Chile y para mi es obvio que el Silala es un curso de agua internacional", dijo el hidrólogo en una conferencia de prensa cuando comenzó a trabajar para Chile el año 2017.
Otro de los asientos del Palacio de la Paz lo ocupará Denis Peach, geólogo británico y doctor en hidrología de la Universidad de Birmingham. Fue reclutado por Chile el mismo año que Wheater, instancia en que dijo en conferencia de prensa: "la evidencia de que el río ha existido desde hace al menos dos mil años se encuentra en el sedimento que bordea la rivera".
Los alegatos orales se extenderán desde el 1 hasta el 14 de abril. Una de las dinámicas más esperadas del juicio será la etapa de los interrogatorios, instancia en que los abogados chilenos y bolivianos bombardearán a preguntas a los científicos de su contraparte. Bolivia, por su parte, también acudirá al litigio con académicos de prestigio: los ingenieros daneses Roar Jensen y Torsten Jacobsen y el estadounidense Michael Gabora.
CRONOLOGÍA DE LO TÉCNICO
Tras la asunción del presidente chileno Gabriel Boric en marzo de este año surgió la interrogante sobre posibles cambios en el equipo de expertos o en el plan estratégico de la defensa. Rápidamente, la canciller Antonia Urrejola realizó una rueda con prensa nacional e internacional, de la que Agencia Sputnik participó, y aclaró que todo se mantiene igual.
Incluso seguirá prestando sus servicios la coagente de Chile ante La Haya, Carolina Valdivia, subsecretaria de Relaciones Exteriores del expresidente Sebastián Piñera (2018-2022), respetando el "fair play" político que caracteriza a los asuntos de relevancia internacional.
Quien entregó más detalles técnicos fue Ximena Fuentes, agente de Chile ante La Haya y desde marzo, la nueva subsecretaria de Relaciones Exteriores. En conversación con la prensa nacional e internacional, señaló que viajará a La Haya no sólo para argumentar que el Silala es un río internacional, sino también buscando establecer que no posee un flujo artificial.
Y para entender esto último, es necesario hacer un breve recuento cronológico.
"Como un país pacifista, vamos a acudir a La Haya para que Chile respete nuestra agua del Silala. Chile tiene que reconocer que nos está robando agua", dijo el expresidente boliviano Evo Morales (2006-2019) en su discurso de la conmemoración del Día del Mar en 2016. No obstante, el Gobierno de la exmandataria Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018) se le adelantó e interpuso su propia demanda.
Chile exigió establecer que el Silala es un río internacional y que Bolivia debe respetar el principio de uso equitativo razonable de sus aguas establecido en el derecho internacional, es decir, que no ocupe el 100% ni que tampoco lo contamine.
En 2017 Chile entregó sus argumentos a La Haya y en 2018 Bolivia contestó, pero con una contrademanda. Bolivia plantea que una parte importante del río es artificial, ya que en 1928 una empresa privada construyó un sistema de acequias y canalizaciones que hasta el día de hoy generan que el afluente tenga más agua que antaño.
Esta parte de la argumentación tendrá un nivel mucho más profundo y complejo que solo definir si el Silala es o no un río internacional. Bolivia intentará demostrar que el sistema artificial de acequias tiene un efecto de drenaje que permite agregar grandes masas de agua al flujo y demandará que Chile pague por usar ese extra. Mientras que los científicos de parte de Chile postularán que esa agua extra es una parte ínfima del río y que, en realidad, no existe ningún flujo artificial.
Independiente de toda la argumentación expuesta, nada impide que durante el mismo juicio surjan nuevas pruebas, antecedentes o tesis que busquen sorprender a su contraparte. Se espera, puedan aparecer argumentos ambientales o algunos relacionados al uso que hacen los países del agua del Silala. En Chile, por ejemplo, el recurso hídrico es usado principalmente por grandes empresas mineras para sus procesos. Una de ellas es Antofagasta Minerals, propiedad de uno de los empresarios más ricos y poderosos del país y la región, Andrónico Luksic.
Bolivia rompió las relaciones diplomáticas con Chile en 1978 en el marco de su histórica demanda por una salida al océano Pacífico, y actualmente ambos países solo mantienen relaciones a nivel consular, sin embajadas.
Con información de Sputnik