El Frente Polisario tomó este fin de semana la decisión de suspender sus relaciones políticas con el Gobierno de España hasta que haya una rectificación oficial sobre su aval a la propuesta de Marruecos para la soberanía del Sáhara Occidental.

 

Frente Polisario

 

Así lo anunció el movimiento que gobierna la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), después del viaje del presidente español, Pedro Sánchez, a Rabat para escenificar el inicio de una "nueva etapa" con Marruecos.

Una reconciliación que pasa por favorecer la vía de resolución marroquí, algo que el Frente Polisario no aceptará.

"Queremos que nos aclare el presidente del Gobierno si está dando por hecho que el Sáhara Occidental forma parte del territorio de Marruecos, lo cual es muy grave y se desmarca del derecho internacional", sostuvo este lunes en rueda de prensa el delegado del Polisario en España, Abdulah Arabi.

Para la organización, España se ha inclinado de manera unilateral por la propuesta marroquí, rompiendo un consenso político de 46 años en cuanto al Sáhara Occidental y desmarcándose de la legalidad internacional.

El Gobierno de Sánchez, por su parte, insiste en que su postura se mantiene en el marco de las Naciones Unidas.

"Es una posición muy similar a la que tienen Francia y Alemania, que no creo que nadie piense que están fuera de la legalidad", afirmó el mes pasado en el Senado el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares.

UN PASO ATRÁS

El delegado del Frente Polisario aseguró durante la rueda de prensa que el cambio de posición de España sobre el Sáhara, "lejos de ayudar a una solución, da cuatro pasos atrás".

Arabi considera que las acciones de las autoridades españolas complican la negociación en torno a la antigua colonia y "autoexcluyen" al país de la mediación en el marco de las Naciones Unidas.

Esta situación también complica "aún más" el papel del enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, y "agrava y eleva" la tensión en el Norte de África, una zona "vital" para los intereses de la UE y España, dijo el delegado del Frente Polisario.

España sigue siendo la potencia administradora de la excolonia, después de casi medio siglo de conflicto en torno a su soberanía.

El Frente Polisario decretó el estado de guerra en noviembre de 2020, tras dar por roto el alto al fuego firmado con Rabat en 1991, y no contempla sentarse a hablar sobre el plan de autonomía marroquí de 2007, que para España es "el más serio, creíble y realista" de los caminos para resolver la contienda.

El enviado de la ONU viajó recientemente a la región para entrevistarse con las partes, en un intento de redirigir las negociaciones hacia una solución pacífica. Unas negociaciones en las que ahora peligra el papel de España.

REPROCHES EN MADRID

Mientras la relación con el Frente Polisario se complica, España y Marruecos presumen del fin de la crisis diplomática, que empezó precisamente por la acogida de Brahim Ghali, líder saharaui, en un hospital español en abril del año pasado.

Antes de eso ya molestaba a Rabat que España no siguiera los pasos de Donald Trump en EE. UU., reconociendo la soberanía marroquí sobre el Sáhara.

Este mismo lunes, el Ministerio del Interior español anunció preparativos para la "Operación Paso del Estrecho", que regula el elevado tráfico de viajeros entre los dos países en períodos de vacaciones, suspendida desde marzo de 2020 por la pandemia.

Lejos de celebrar los avances con Rabat, los partidos políticos españoles se oponen al viraje de la postura sobre el Sáhara, incluido el partido Unidas Podemos dentro del Gobierno de coalición.

El delegado del Frente Polisario transmitió su agradecimiento a las fuerzas políticas por "expresar su desacuerdo" con las acciones del Ejecutivo de Sánchez.

"(Para España) es necesario el entendimiento con Marruecos, pero no vamos a aceptar que sea en detrimento de las legítimas aspiraciones del pueblo saharaui", manifestó Arabi.

A todo esto, ningún miembro del Gobierno se pronunció oficialmente sobre el anuncio del Frente Polisario.

Algunos medios citaron fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores que abogan por mantener abiertas "todas las vías de interlocución" con el Polisario tras el anuncio de la ruptura de relaciones.

 

Con información de Sputnik