Especialistas ucranianos supervisados por científicos estadounidenses estudiaron la posibilidad de propagar peligrosos patógenos por vía acuática, afirmó este jueves el jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, Ígor Kirílov.

 

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"Durante las investigaciones, los especialistas ucranianos, bajo la supervisión de científicos estadounidenses, recogieron sistemáticamente muestras de agua en varios grandes ríos ucranianos, como el Dniéper, el Danubio y el Dniéster, así como en el canal de Crimea del Norte, con el fin de determinar la presencia de agentes patógenos especialmente peligrosos, como los del cólera, la fiebre tifoidea y la hepatitis A y E, y sacar conclusiones sobre su posible propagación por el agua", dijo Kirílov en una comparecencia ante la prensa.

Precisó que los resultados de esas actividades pueden servir para crear una situación biológica desfavorable en el territorio ruso y en las aguas de los mares Negro y de Azov, así como en los países de Europa del Este: Bielorrusia, Moldavia y Polonia.

Kirílov señaló que Estados Unidos ha gastado más de 350 millones de dólares en los últimos años en proyectos del Centro de Ciencia y Tecnología de Ucrania, que asignó subvenciones para realizar investigaciones de interés para el Pentágono, incluso en el campo de armas biológicas.

Asimismo, dio los nombres de los empleados estadounidenses y europeos del centro, que se dedicaba a las investigaciones en beneficio del programa militar y biológico estadounidense.

Según las palabras del militar, el puesto de director ejecutivo lo ocupa el ciudadano de EE. UU. Curtis Bjelajac, mientras que el presidente de la junta directiva del Centro por parte de la Unión Europea es Eddie Arthur Mayer. Phil Dolliff, que trabaja en el Departamento de Estado como Subsecretario de Seguridad Internacional y Programas de No Proliferación de Armas de Destrucción Masiva, está a cargo del trabajo del centro por parte de EE. UU.

El oficial ruso destacó que los documentos obtenidos por el Ministerio de Defensa confirman la conexión con el organismo militar estadounidense a través del principal contratista del Pentágono, la compañía Black & Veatch.

En particular, Kirílov afirmó que el departamento militar ruso dispone de correspondencia de Matthew Webber, vicepresidente de esta empresa, en la que expresa su disposición a colaborar con el centro ucraniano en las investigaciones militares y biológicas en curso en Ucrania.

"Entre 2014 y 2022, el Centro de Ciencia y Tecnología de Ucrania ejecutó más de 500 proyectos de investigación en países postsoviéticos (Ucrania, Georgia, Moldavia, Azerbaiyán)", añadió Kirílov.

El Ministerio de Defensa ruso, señaló, está preocupado por el hecho de que la legislación estadounidense permita trabajar en el ámbito de las armas biológicas y recordó que Washington ha acompañado la ratificación del Protocolo de Ginebra de 1925 con una serie de reservas, una de las cuales da luz verde al uso de armas químicas y toxínicas como represalia.

En virtud de la ley federal 'Para unir y congregar a Estados Unidos contra el Terrorismo', las investigaciones sobre armas biológicas están permitidas con la autorización del Gobierno estadounidense. Los participantes de estas investigaciones no son responsables penalmente por el desarrollo de dichas armas.

"De este modo, la administración estadounidense está aplicando el principio de que el derecho interno prevalece sobre el derecho internacional en este ámbito. Las investigaciones más controvertidas desde el punto de vista ético se llevan a cabo fuera de la jurisdicción nacional", dijo Kirílov.

Además, el jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia declaró que los responsables estadounidenses de los laboratorios biológicos ucranianos estaban más interesados en los proyectos de doble uso.

"Por ejemplo, el proyecto 6166 'Desarrollo de tecnologías para la modelización, evaluación y predicción del impacto de conflictos y amenazas de proliferación de armas de destrucción masiva', el proyecto 9601 'Transferencia de tecnologías ucranianas para la producción de materiales complejos de doble uso a la Unión Europea'", especificó Kirílov.

Muchos de los estudios, detalló, estaban destinados a examinar posibles agentes de armas biológicas, como la peste y la tularemia, así como patógenos de infecciones económicamente importantes, como la gripe aviar patógena y la peste porcina africana.

Sostuvo también que los proyectos P-364, 444 y 781, dirigidos a estudiar la propagación de patógenos peligrosos a través de insectos vectores, aves silvestres y murciélagos, fueron financiados en aras del departamento militar estadounidense.

 

Con información de Sputnik