Lucía Barrios

En las últimas 24 horas, Argentina y Brasil le dieron un mensaje claro y conciso a EE. .UU. al rechazar la expulsión de Rusia del G20 (Grupo de las 20 economías más desarrolladas del mundo) y como observador en la Organización de Estados Americanos (OEA): le mostraron a Washington que su hegemonía es limitada a pesar de sus presiones.

 

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Esta decisión por parte de los dos países más grandes de América Latina muestra, que a pesar de los acondicionamientos de EE. UU., buscan defender su propia soberanía y podrían tener en el futuro una mayor alianza con Rusia y Asia en general.

Brasil y Argentina "mostraron los límites de la hegemonía de EE. UU. Si bien previo a la pandemia el conjunto de los países latinoamericanos sufrieron un proceso de crisis económica y mayor endeudamiento externo, que los ha hecho dependientes de EE. UU., están tratado de salir de esa independencia porque los subordina políticamente", dijo a la Agencia Sputnik el sociólogo colombiano Javier Calderón Castillo, investigador de la Universidad de Buenos Aires.

El analista explicó que en estos países hay una "disyuntiva entre confrontar o tratar de excluir, evadir, del ámbito de su agenda a EE. UU. como un jugador principal".

El Consejo Permanente de la OEA aprobó el jueves suspender a Rusia como observador permanente debido al conflicto en Rusia. La resolución tuvo 25 votos a favor, ninguno en contra, una ausencia, Nicaragua, y ocho abstenciones: Honduras, México, El Salvador, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Argentina, Bolivia y Brasil.

ARGENTINA

El Gobierno de Argentina no considera que sea una solución expulsar a Rusia de la OEA o del G20, dijo este viernes la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti.

Esta decisión sucede luego de que Buenos Aires votara a favor de suspender a Rusia en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Cerruti explicó que el Gobierno apoyó la suspensión de Rusia como miembro del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas "porque está siendo investigada por una comisión investigadora que impulsó Argentina sobre la violaciones de derechos humanos en Ucrania".

Asimismo, el ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, se quedó a escuchar a su par ruso, Antón Siluánov, en una reunión del G20 a diferencia de varios secretarios de Estado de distintos países que se levantaron en rechazo a la nación euroasiática por su operación militar en Ucrania, informaron medios locales el jueves.

Calderón Castillo explicó que la decisión de Argentina de rechazar la expulsión de Rusia se debe a que considera que sus "posibilidades a futuro están puestas en Oriente tanto con China como con las alianzas enérgicas con Rusia".

Sin embargo, sostuvo que Argentina presentó "vacilaciones" que no "cayeron muy bien" en el contexto regional, ya que luego de que realizó una reunión con el presidente ruso Vladímir Putin, en un principio tuvo una postura de "condena moral" por el conflicto con Ucrania.

"La posición que toma ahora lo que trata es dar cuenta del efecto que tienen las sanciones que ha buscado imponer Occidente contra Rusia y que parece que a partir de esto se develan los límites de la hegemonía occidental y la gravitación que gana fuertemente Oriente, en el caso de Rusia con la posible alianza entre China e India para desafiar el esquema del dólar", agregó.

Lo que está viendo Argentina en mediano y largo plazo es una "posibilidad de construir por fuera del esquema de subordinación de Norteamérica", señaló.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró el 30 de marzo que los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) están creando un nuevo sistema financiero.

El mandatario venezolano denunció que el sistema que conecta a la banca internacional, el Swift, es utilizado para chantajear a los gobiernos.

Swift (acrónimo inglés de Society for World Interbank Financial Telecommunication) es una plataforma que conecta a unas 11.000 instituciones financieras de más de 200 países y sirve de base del sistema financiero internacional.

Tras la operación especial militar de Moscú en Ucarnia, varios países adoptaron sanciones contra Moscú, como la desconexión parcial del Swift, el cierre del espacio aéreo para las aerolíneas rusas y la paralización de las reservas internacionales del Banco Central de Rusia.

BRASIL

Por otro lado, Calderón Castillo explicó que lo que intenta hacer Brasil al rechazar la expulsión de Rusia es priorizar sus intereses nacionales, sobre todo tratando de mantener su trayectoria que llevó a posicionarse como una de las economías emergentes en los BRICS.

El 20 de abril, el ministro de Economía brasileño, Paulo Guedes, dijo que su país está contra las sanciones económicas impuestas a Rusia y contra la salida de este país del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Durante la conferencia, Guedes se mostró a favor de construir puentes en lugar de "romperlos", y también se posicionó en contra de la expulsión de Rusia del FMI.

Además, el Gobierno de Brasil defiende claramente la permanencia de Rusia en el G20 y otros foros multilaterales, afirmó el 20 de abril el ministro de Relaciones Exteriores, Carlos França.

"SOFT POWER"

Por otro lado, Calderón Castillo afirmó que EE. UU. utiliza el "soft power" para incidir en los países latinoamericanos.

"EEUU juega con otros factores, que son el soft power. Es un conjunto de maniobras que desarrollan los estados para captar, atraer, conseguir acuerdos, con países subdesarrollados. Es una forma también de subordinarlos no tan directamente como si fuera militarmente, pero sí de manera cultural, económica... por ejemplo sanciones. También EE. UU. utiliza los créditos como poder blando", agregó.

Sostuvo que en el caso de Argentina está "condicionada" con EE. UU. por los acuerdos que mantiene con el FMI.

"Eso fue lo más obsceno que se vio, en la semana que acordaba con el FMI, inmediatamente tomó una posición que casi tomaba por entero la posición de EE. UU. Ahora la volvió a cambiar", agregó.

El 25 de marzo, el directorio del FMI ratificó la aprobación de un programa de Facilidades Extendidas con el Gobierno argentino de dos años y medio de duración para refinanciar un préstamo de 44.000 millones de dólares contraído por la gestión precedente de Mauricio Macri (2015-2019).

 

Con información de Sputnik