No son invisibles
Por Irene Casado Sánchez*
Manuel Rico vive en las calles de Barcelona. Tiene 52 años. Tras divorciarse de su mujer y perder su empleo en 2008 la indigencia se ha convertido en su única alternativa. Más de 700.000 personas en España no tienen un hogar. Sus vidas discurren a la intemperie entre la indiferencia de la sociedad y la ignorancia de las instituciones.