Violencia financiera sobre la mujer se extiende en el Perú

Siete de cada diez mujeres sufren violencia por dependencia económica.

Una nueva forma que los hombres han encontrado para ejercer violencia sobre la mujer es el de la dependencia financiera, un tipo de abuso que se viene extendiendo y que es muy poco denunciado en el Perú, aseguró esta mañana la especialista del Centro de Familias del Perú (CENTROFAM-PERU), Xiomara Peguero.
La sicoterapeuta manifestó que esta forma de dependencia se expresa de muchas maneras, siendo la más recurrente que el marido o conviviente controle lo que gana la mujer, o se gaste el dinero en la calle o con otras mujeres.

“Muchos piensan que la dependencia financiera no es violencia, sin embargo es la que más viven las mujeres en el Perú, debido al machismo que impera en nuestra sociedad; el hombre se queda, maneja y gasta la plata de la mujer o que debería ser para su familia”, sostiene.

Explica que hay casos más graves como el mantener a la mujer embarazada para que no trabaje o tiene a la familia endeudada, le prohíbe trabajar o si trabaja, le causa problemas para que la despidan.

Un estudio realizado en CENTROFAMPERU revela que siete de cada diez mujeres sufren de violencia doméstica por dependencia financiera y que los ingresos del 60 por ciento de estas son manejados por sus esposos.

Para Xiomara Peguero este caso es grave porque incluso afecta la calidad de vida de los hijos. “Muchas veces las mujeres e hijos son maltratados por hombres que creen tienen todo el derecho sobre ellos porque son los que mantienen el hogar. De esta, diría yo, se derivan la violencia física y sicológica”, explicó.

Maltrato físico


De otro lado, la experta mencionó los casos más saltantes de abuso físico en las familias peruanas. Mencionó las amenazas de lastimar y matar a un miembro, los empujones, agarrar a la persona con fuerza para impedir que se vaya, cogerla por el cuello en forma de ahogo, golpear las puertas y paredes para asustarla y romper o lanzar objetos a la víctima.

También cuando se la encierra en casa; se rechaza ayudarla en momentos de enfermedad, embarazo o si está lastimada; se le amenaza con cuchillos u otros objetos; se atenta contra los animales bajo su cuidado, o se rompen los muebles u efectos personales.

Atentado sexual


Peguero señaló también que en una familia hay abuso sexual cuando se acusa de infidelidad fuera del hogar, cuando el marido inventa cuentos contra su mujer, la trata como un objeto sexual, es celoso y asume que su pareja tiene encuentros sexuales casuales o no le da importancia acerca de cómo se siente cuando es obligada a tener relaciones.

Además, es abuso sexual sino muestra afecto hacia la otra persona y sí lo hace por otras mujeres; si es que tiene relaciones extramaritales fuera del hogar, le cuenta a su mujer de las relaciones que sostiene con ellas.

Violencia emocional

Mientras que en el caso de violencia emocional sostuvo que hay abuso cuando se ignora el sentimiento de la pareja; ridiculiza o insulta su religión, raza o clase; cuando no aprueba nada de lo que la mujer hace; la crítica continuamente; la llama por apodos o sobrenombres para humillarla, amenaza con dejarla y le encuentra errores a todo lo que hace.

También es considerado abuso emocional si utiliza contra ella adjetivos como “estúpida” “incapaz” “analfabeta” “imbécil” etc. Si le dice que está muy gorda o flaca, la desalienta para que no haga nada por la vida.

Las mujeres, finalizó la especialista, deben denunciar cualquiera de estas formas de violencia “no permitir la más mínima agresión física, verbal, sicológica o financiera”.