La sobremesa familiar en peligro de extinción
Centrofam- Perú asegura que solo dos de cada diez familias la practican hoy en el país.
A pesar que estrecha lazos familiares y forma hijos social y emocionalmente más estables.
La terapista Silvia Chuquimajo, especialista del Centro de Familia del Perú (Centrofam-Perú) reveló hoy que en nuestro país solo dos de cada diez familias practican actualmente la sobremesa familiar, lo que significa que este rito, de fortalecimiento e integración de un hogar, esté al borde de la extinción.
La ausencia de uno de los padres, la activa vida cotidiana, el ingreso de la mujer al mundo laboral, la televisión, entre otros factores, ha transformado la hora de la comida en un momento de estrés para toda la familia.
La especialista sostuvo que en un mundo en que generalmente los padres trabajan y los hijos desarrollan distintas actividades, es difícil tener el espacio necesario para comunicarse, intercambiar información, vivencias, satisfacciones y frustraciones.
“La familia es el lugar por excelencia, donde se aprende a amar, se expresan los afectos, la tolerancia, la solidaridad; se internalizan las normas, se cultiva el respeto y la empatía. Asimismo, ahí se imparten valores y disciplina de acuerdo a los patrones familiares”, explicó.
Chuquimajo reiteró que “desgraciadamente la comida en familia y la sobremesa están en vías de extinción”.
Dijo que la vida acelerada, el exceso de obligaciones, el trabajo intenso, el cansancio, el estrés derivado de los compromisos laborales y sociales y el escaso tiempo destinado a lo familiar a favor de otras actividades y pasatiempos, atentan contra la vida en familia y en especial contra ese tiempo que antaño existía en torno a la mesa y que llamamos sobremesa.
La sobremesa puede permitir que la familia intercambie vivencias, porque constituye un momento en que los hijos pueden expresar inquietudes, temores o deseos a sus padres.
Chiquimajo recordó que antiguamente los niños en edad escolar de nuestro país presentaban un mejor rendimiento.
“Era muy común ver a toda la familia almorzar juntos. Nadie empezaba, incluso, sino lo hacía el padre. El almuerzo, desayuno o lonche familiar, era todo un rito. Padres, hijos, incluso abuelos, tíos o primos, gozaban de un sabroso y ameno momento familiar, que en la mayoría de los casos se extendía hasta dos y tres horas después de estas comidas”, manifestó.
La sicóloga reiteró la necesidad de rescatar el rito de la sobremesa familiar como una estrategia para consolidar la formación emocional y espiritual de nuestros hijos. Reiteró que Centrofam-Perú ha desarrollado talleres en colegios, empresas y otras instituciones que han revelado que “actualmente solo dos de cada diez familias practica la sobremesa en el país”.
El mal del televisor
Chuquimajo también aseguró que cuando los padres sentaron en la cabecera de la mesa al televisor, el diálogo familiar desapareció, y con él la sobremesa.” Lo que era por definición un momento de intercambio, reflexión, diálogo profundo, fue destruido totalmente por la televisión”, enfatizó.
Es justamente este grupo que podría hacer una acogedora sobremesa el que ha optado por darle mayor importancia a la televisión. También a la PC, el celular, los juegos en línea, en un momento tan importante como durante y después de las comidas.
Un bien para la digestión
La especialista explicó que la sobremesa familiar genera también una buena digestión en cada uno de sus comensales. Es importante porque una buena digestión influye en el estado moral de los padres y los hijos.
“La charla amable, distendida, con bromas es poco probable que afecte negativamente la digestión. Una buena sobremesa entonces, asegura hijos emocionalmente estables, una buena relación con sus padres, mejor comunicación y menores probabilidades de depresión, angustia o vicios”, finalizó.