De cada 10 mil personas solo 78 son donantes de sangre

Cifras de pacientes que la requieren va en aumento.

A pesar de las altas cifras de accidentes de tránsito y muertes maternas por hemorragias, además de las muchas emergencias que se atienden a diario, la donación de sangre en el Perú sigue siendo escasa, pues de cada 10 mil habitantes solo 78 son donantes cuando el promedio es de 100 por cada 10,000. Esto revelaría la falta de solidaridad con las personas que requieren de este elemento para seguir viviendo.

Y este problema no solo ocurre en Lima, pues también se evidencia en las provincias, poniendo en riesgo de esta manera a cientos de pacientes entre niños prematuros hasta adultos mayores que requieren ser operados y requieren sangre para dichos procedimientos, señaló el Dr. Norberto Quezada, coordinador del Programa Nacional de Hemoterapia y Bancos de Sangre (Pronahebas) del Ministerio de Salud (Minsa).

“El aumento en la longevidad, los nacimientos precoces y el incremento del número de cirugías por accidentes de tránsito, entre otros casos, ocasiona que cada vez se necesite más sangre, por lo que siempre hay escasez”, indicó Quezada

Es preciso indicar que en la víspera el propio ministro de Salud Alberto Tejada inició una cadena solidaridad para recolectar sangre para Sergio Valverde, el trabajador de limpieza que sufrió la amputación de sus piernas a consecuencia de un accidente automovilístico. El padre de familia, quien se encuentra internado en el Hospital Casimiro Ulloa, recibió la visita del titular de Salud, quien sostuvo que “la sangre no se vende ni tiene sustitutos, solo es conseguida a través de la donación voluntaria. Por está razón invoco a la población a donar sangre constantemente”, dijo el ministro.

Cifras mejoran pero no es suficiente

El coordinador de Pronahebas explicó también que si bien las cifras han mejorado, aún estamos lejos de lo ideal que es lograr, según lo indicado por la OMS/OPS, que el 1% de la población done sangre. En el 2002 se recaudó 55 unidades por cada 10 mil habitantes, mientras que en el 2010 esta cifra aumentó a 79 unidades por cada 10 mil. Sin embargo, hace falta que las donaciones lleguen a 100 unidades o más por cada 10 mil personas.

"Lo recomendable es contar con un contingente de donantes voluntarios habituales, que es lo ideal como parte de la seguridad sanguínea, tema sobre el cual venimos trabajando. La sangre no se puede reproducir y los únicos que las pueden dar son los humanos, por eso debemos apelar a la comunidad para conseguir la solidaridad de las personas", enfatizó, tras precisar que alguien que dona sangre está ayudando a por lo menos tres enfermos, “un niño, una madre y un anciano”, estimó.

Norberto Quezada pidió a la población desechar los mitos que los alejan del acto altruista de donar. “El temor al pinchazo de una aguja no puede hacer que demos la espalda a aquellos que lo necesitan” dijo. Asimismo, aclaró que el material utilizado durante el proceso de donación es estéril y de un solo uso por lo que es imposible contagiar a un donante de alguna enfermedad. Descartó además que este acto pueda engordar o adelgazar.