“Jugar” la ouija puede inducir a conductas suicidas
Padres deben estar alerta ante comportamiento de sus hijos.
Alteraciones mentales diversas y psicosis son algunas de las consecuencias.
Juegos como la ouija pueden ocasionar que algunas personas, especialmente los adolescentes con vulnerabilidad biológica o psicológica, sufran episodios psicóticos agudos, trastornos disociativos de estrés agudo y postraumático, así como de adaptación, que puede conducirlos al suicidio, advirtió el Ministerio de Salud (Minsa), ante la proximidad de la fiesta de Halloween.
“Estos cuadros clínicos podrían constituir un factor desencadenante de una recaída en adolescentes con trastorno psicótico, depresivo, ansioso u otra perturbación mental”, explicó Horacio Vargas Murga, médico psiquiatra y director del área Niños y Adolescentes del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado – Hideyo Noguchi.
Juego peligroso
Dicha práctica “espiritista” es considerada por un sector de la población como un juego diabólico y peligroso, el cual se incrementa con ocasión del 'Halloween'. Por lo general, los adolescentes optan por practicar ese juego entrando ''en un trance de exaltación y de distorsión de la realidad'' que puede conducirlos incluso al suicidio, enfatizó.
Los adolescentes no tienen noción de lo peligroso que puede ser este juego; ponen en riesgo su salud mental con la autosugestión que genera, la cual desencadena pesadillas, pensamientos recurrentes y estados paranoides. Por lo general se da en personas con predisposición a desarrollar estos síntomas.
Vargas Murga indica que personas sin experiencia, que sean sensibles e impresionables, pueden llegar a sufrir un gran trauma, incluso desarrollar trastornos serios como los anteriormente mencionados. La mente es muy poderosa y una sesión de ouija -vivida de forma traumática- puede ser el principio de un trastorno severo.
¿Qué decirle a nuestros hijos?
Los padres, profesores y tutores deben mostrar y explicar a los niños y adolescentes el riesgo que conlleva practicar este tipo de juegos, y estar atentos a las actividades que realizan. Deben estar alerta ante cualquier cambio de conducta como agresividad, descuido en sus deberes escolares, desinterés en las actividades recreativas o estar retraídos.
La mejor alternativa es cultivar la confianza con los hijos y mantener una buena comunicación con ellos, finalizó el especialista en salud mental.