La soledad puede ser un sentimiento voluntario que puede servirnos para reflexionar y disfrutar, siempre y cuando estemos conscientes de ello, pero cuando la soledad es involuntaria o provocada puede sumergirnos en tristeza, melancolía, angustia, estrés y depresión, convirtiéndonos en potenciales homicidas o suicidas.
Lo consideró la psicóloga del Hospital SISOL de Acho, Marilú Mavila, quien explicó que lo más importante es saber cómo enfrentar la soledad. “La primera opción es buscar ayuda antes de hundirnos en nuestros sentimientos y no dejarlos pasar tratando de llenar sus vacíos, canalizándolos de forma negativa a través de la agresión o llegando incluso al suicidio”, dijo.
La especialista del SISOL señaló que sentirse solo no es malo, siempre y cuando este sea un acto voluntario de alejarse del bullicio o del estrés; sin embargo, cuando la soledad se vuelve constante o permanente y trastoca todo el círculo que sigue nuestra vida y nos aislamos, se vuelve negativa. “Cuando la soledad traspasa el período de permanencia ya se vuelve una enfermedad”, acotó.