Las gestantes que viven cerca de campos fumigados con pesticidas tienen un riesgo tres veces mayor de tener un niño con autismo, señala un estudio realizado por la Universidad de California.
Se cree que los productos químicos de los cultivos pueden atrofiar el desarrollo del cerebro del feto y causar daños para su desarrollo futuro, indican.
Los activistas dicen que no es de extrañar que los productos químicos potentes que atacan el cerebro y los nervios de los insectos también dañen a las personas, porque los dos comparten muchos de los componentes básicos de la vida.
El investigador Irva Hertz-Picciotto dijo: "Si se tratara de mi familia, yo no quiero vivir cerca de donde se aplican pesticidas pesados”.
El estudio abarcó a mil madres según su zona de vivienda, considerando el uso de plaguicidas.
Las que viven a una milla de campos tratados con pesticidas comunes llamados organofosfatos aumentan las probabilidades de tener un hijo autista en un 60%, siendo la exposición en los últimos tres meses del embarazo la más perjudicial. Estas mujeres tenían el doble de probabilidades de tener un hijo autista, frente a las demás.
Un pesticida en particular, el clorpirifos, incrementa a más del triple este riesgo, cuando una mujer se expone a que la mitad de su embarazo, según publica la revista Environmental Health Perspectives.
Los investigadores dijeron que la exposición a los pesticidas en el útero puede ser particularmente problemática porque el cerebro del niño no nacido puede ser especialmente vulnerable.
No obstante, el estudio ha considerado el lugar de vivienda, pero no la cantidad de residuos de pesticidas y agroquímicos presentes en los alimentos, pues algunos productos reciben gran cantidad de pesticidas debido a su vulnerabilidad a las plagas, mientras que los granos pueden además ser fumigados en los almacenes para evitar que las ratas e insectos los devoren.
Según Xanatura, los productos más contaminados son: manzanas (si son chilenas, además están recubiertas de una cera tóxica prohibida en el Reino Unido), apio, fresas, duraznos, espinacas, nectarinas, uvas, pimiento morrón, papas, lechuga, col rizada, coles verdes. Los menos fumigados: cebollas, maíz, piñas, paltas, espárragos, arvejas, mangos, berenjena, melón, kiwi, col (repollo), sandía, camotes, toronja, champiñones. En el Perú también se cuentan el tomate y la coliflor entre los que reciben más pesticidas.
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