midori de habich 9Rafael Romero

La salud pública no es una fortaleza de la actual administración del presidente Humala. Acaso en este sector ministerial están los más serios problemas de ineficiencia del gobierno nacionalista. Lo más deplorable es que a diario son maltratados miles de peruanos, especialmente los más pobres, quienes son los frecuentes usuarios de las postas médicas. Sería bueno que la ministra Midori de Habich visitara algunas de estas entidades y comprobara in situ los graves problemas que se presentan en tan esencial servicio del Estado.

 
Vaya donde se vaya, costa, sierra o selva, las postas médicas adolecen de personal administrativo y médico en el número idóneo para brindar una buena atención. Y si los pobres tuvieran tiempo y más información, esta es la hora en que llenarían al tope los “libros de reclamaciones” que están en dichos centros del sector Salud. En concreto, muchos de los pacientes reciben indiferencia y olvido sin siquiera poder registrar su protesta frente a una burocracia que no solo es ineficiente sino que también trabaja desmotivada.
 
Es decir, el propio funcionario público de ventanilla y escritorio es quien recibe primero el maltrato de la propia administración de Salud, desde las más altas jerarquías, que no presta las facilidades para que las instancias inferiores desempeñen mejor sus funciones, hasta los directores de esas postas médicas quienes, por evitarse problemas, no informan la real situación de las entidades que dirigen y prefieren el silencio al saber que el Ministerio de Salud mantendrá las cosas sin preocuparse de solucionarlas.
 
No puede ser posible que en las postas médicas no esté el personal administrativo en sus áreas que les corresponden en horas laborables, tampoco es aceptable que haya personal que ejerce más tareas que aquellas para las que están delegadas, y esto debido a la falta de personal, sino que tampoco tienen protocolos simplificados teniendo que ajustarse a papeleos innecesarios que luego son trasladados a los pacientes de dichos centros, pasando por ejemplo semanas enteras para actualizar un simple Seguro Integral de Salud o perdiendo varios días en trámite por una sencilla visación de algún certificado médico.
 
No obstante, lo más grave se detecta en la atención clínica pues muchas postas médicas no cuentan ni con vacunas BCG, por citar un caso, y la indiferencia, la mala gestión y el peloteo de los más pobres se vuelve pan de cada día en cada posta médica. ¿Podrá el gobierno entender que el derecho a la salud es un derecho humano?

Expreso, 07.09.2014