Complicaciones pueden ser irreversibles. Hígado graso se presenta de manera silenciosa e incrementa riesgo de cirrosis.
El consumo desmedido de bebidas alcohólicas y la ingesta de alimentos ricos en grasa (parrillas, frituras, entre otros) son hábitos frecuentes de muchas personas, por ejemplo, durante los feriados largos; situación que incrementa el riesgo de desarrollar hígado graso, y que, en casos extremos o crónicos, puede conllevar a una cirrosis hepática.
La doctora Adelina Lozano Miranda, jefa de la Unidad de Hígado del Hospital Nacional Arzobispo Loayza, señaló que el hígado graso es una enfermedad que se caracteriza por la acumulación excesiva de grasa en las células del hígado, causado principalmente por alcohol, seguido alimentos ricos en colesterol y triglicéridos, medicamentos, toxinas, sobrepeso y enfermedades crónicas como la diabetes.
Aseguró también que esta patología es asintomática (no presenta síntomas), por lo que su detección se da siempre a través de un hallazgo casual, durante la realización de otros exámenes como ecografías abdominales.
“Cuando el hígado graso presenta inflamación, desarrolla simultáneamente fibrosis – especie de cicatrices en el hígado-. Esta situación incrementa en un 30% el riesgo que el paciente desarrolle cirrosis, enfermedad crónica e irreversible, en la que el hígado no funciona óptimamente y a su vez, puede generar otras complicaciones en el organismo como cáncer”, explicó la doctora.
De otro lado, la doctora Lozano refirió que no existe un tratamiento único para el hígado graso, pues este va a estar determinado por el factor de riesgo que dio origen a esta enfermedad.
“Por ejemplo, los pacientes diabéticos que desarrollaron hígado graso, serán sometidos a un control con el médico endocrinólogo. Aquellos, cuya enfermedad fue originada por alcohol, no podrán consumirlo de por vida, deberán llevar una dieta estricta y realizar actividad física. Los pacientes con sobrepeso serán atendidos por el nutricionista para establecer un plan alimenticio determinado”, añadió.
Finalmente, la Jefa de la Unidad de Hígado, recomendó como medidas preventivas la práctica de hábitos saludables como mantener un dieta balanceada, establecer un rutina de ejercicios o practicar deporte, mantener controlado su peso corporal, evitar el consumo desmedido de bebidas alcohólicas y acudir con el médico especialista de forma periódica para su control respectivo.