—Existen muchas alternativas a los medicamentos antidepresivos para tratar la depresión, incluyendo intervenciones alimenticias, terapia con luz, ejercicio y otros más
—En el caso de los pacientes que padecen una depresión resistente a tratamientos, todos experimentaron mejoras en los síntomas una semana después de recibir una sola dosis de psilocibina, u hongos mágicos, y la mitad de ellos ya no estaban deprimidos cinco semanas después del tratamiento
—Los suplementos de magnesio también mejoraron la depresión leve a moderada en adultos, lo cual tuvo efectos beneficiosos que ocurrieron en las dos semanas siguientes, después del tratamiento
—Un estudio de 11 años de duración encontró que las personas que realizaban ejercicio en su tiempo de ocio de forma regular, durante una hora a la semana, tenían una menor probabilidad de deprimirse
Por el Dr. Mercola
Casi el 7% de los adultos en los Estados Unidos tuvieron un episodio depresivo en el último año;1 mientras que, a nivel mundial, 350 millones de personas padecen depresión, lo que convierte a este padecimiento en una de las principales causas de discapacidad.2
A pesar de eso, tan solo alrededor de un tercio de los habitantes en los Estados Unidos con depresión recibe tratamiento,3 lo que ubica a los dos tercios restantes, quienes no recibieron tratamiento, en un mayor riesgo de suicidio y una menor calidad de vida.
Las personas que padecen una depresión que no fue atendida, también presentan el doble de probabilidad de morir, en comparación con las que no padecen depresión y tienen peores consecuencias debido a otros problemas de salud.4
No obstante, aunque es evidente que es importante tratar la depresión, por lo general, el primer tratamiento recomendado es una combinación de medicamentos antidepresivos y psicoterapia.
Sin embargo, hay una buena razón para pensarlo dos veces antes de tomar antidepresivos, ya que podrían aumentar el riesgo de otros problemas de salud y su eficacia es cuestionable.
Este es el punto en el que los tratamientos alternativos para la depresión podrían ser verdaderamente vitales, al ayudar a las personas con depresión a recuperar su salud física y mental, a través de aplicar enfoques seguros y libres de medicamentos.
Los antidepresivos están relacionados con la diabetes, ataques cardíacos y demencia
Si considera tomar antidepresivos, es importante obtener información al respecto, antes de adoptarlos como tratamiento, en especial, porque a menudo son prescritos durante largos períodos sin fecha de término.
Por ejemplo, los usuarios de antidepresivos tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2,5 incluso después de corregir otros factores de riesgo, tal como el índice de masa corporal (BMI, por su siglas en inglés).6 El uso de antidepresivos también se ha relacionado con un mayor engrosamiento arterial, lo que podría contribuir al riesgo de enfermedades cardíacas y derrames cerebrales.
Los resultados de un estudio, en el cual participaron 513 veteranos gemelos, presentado en el Colegio Americano de Cardiología, en Nueva Orleans, en 2011, encontró que utilizar antidepresivos ocasionó un mayor engrosamiento de la íntima-media carotídea (el revestimiento de las principales arterias en el cuello, que le proporcionan sangre al cerebro).7
Esto ocurrió tanto en los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (SSRIs, por sus siglas en inglés) como en los antidepresivos que afectan a otras sustancias químicas cerebrales.
Además, utilizar antidepresivos también está relacionado con un mayor riesgo de ataques cardíacos, específicamente en el caso de los usuarios de antidepresivos tricíclicos, que tienen un riesgo 36 % mayor de ataques cardíacos.8
Mientras tanto, estos medicamentos también están relacionados con la demencia; y los investigadores señalaron que “el tratamiento con SSRIs, MAOIs, antidepresivos heterocíclicos y otro tipo de antidepresivos, estuvo relacionado con un mayor riesgo de demencia”, y a medida que aumentó la dosis, también incrementó el riesgo.9
Además, se sabe que estos medicamentos agotan los niveles de varios nutrientes en el cuerpo, incluyendo a la Coenzima Q10 y vitamina B12 —en el caso de los antidepresivos tricíclicos— que son necesarios para la función mitocondrial.
Los SSRIs podrían reducir los niveles de yodo y folato.10 Y quizás lo más importante es que los estudios han demostrado repetidamente que los antidepresivos no funcionan mejor que los placebos para tratar la depresión leve a moderada,11 por lo que, una persona se arriesga demasiado por una ínfima posibilidad de beneficios. Es importante destacar que existen otras opciones disponibles.
Los hongos mágicos demuestran ser una promesa para tratar la depresión “intratable”
La droga psicodélica psilocibina, también conocida como hongos mágicos, continua siendo una opción prometedora en el tratamiento para la depresión.
En un pequeño estudio en el que participaron 19 pacientes que padecían una depresión resistente a tratamientos, todos experimentaron mejoras en los síntomas una semana después de recibir una dosis única de psilocibina, y la mitad de ellos ya no estaban deprimidos cinco semanas después del tratamiento.12
Los escáneres cerebrales demostraron que se produjeron cambios cerebrales reales en áreas relacionadas con la depresión, incluyendo una menor actividad en la amígdala, la cual está involucrada en el procesamiento de las emociones, y una actividad más estable en la red neuronal por defecto (se han encontrado vínculos entre la actividad de la red y la depresión).13
Los investigadores sugirieron que, en cierto sentido, los cerebros de los participantes podrían haber sido “reajustados”, lo cual les ayudó a superar la depresión. Como señalaron los informes científicos:14
La psilocibina tiene una historia antigua, y una muy reciente en el uso medicinal. Al ser administrada en un entorno favorable, con atención psicológica preparatoria e integrativa, se utiliza para facilitar el avance emocional y renovar la perspectiva.
La evidencia acumulada sugiere que suministrar psilocibina junto con un apoyo psicológico podría ser una intervención segura para tratar una variedad de padecimientos psiquiátricos.
Otra investigación ha demostrado que suministrar una dosis única de psilocibina produjo un alivio de ansiedad y/o depresión de seis meses de duración en el 80% de los pacientes con cáncer, y algunos informaron haber tenido una sensación de alivio de ansiedad durante los cuatro años siguientes.15
Desafortunadamente, la psilocibina es una droga que pertenece a la Lista 1, al igual que la marihuana, por lo que los ensayos cuestan aproximadamente 10 veces más, en comparación con otras drogas legales, y para llevar la investigación al nivel en que posiblemente podría convertirse en un tratamiento psiquiátrico, los ensayos clínicos de su tercera fase requieren miles de participantes. Para que eso ocurra, la psilocibina necesita ser reprogramada.
El psiquiatra londinense James Rucker escribió un comentario para el British Medical Journal (BMJ, por sus siglas en inglés), en el que aboga por la reclasificación del LSD y los hongos mágicos —quien señala que son mucho menos adictivos y dañinos que la heroína y cocaína— para facilitar que se realicen las tan necesarias investigaciones médicas sobre estas sustancias.16
Sin embargo, no se recomienda hacer un autotratamiento, porque eso no solo podría causarle problemas legales, sino que también es posible que le produzca una experiencia negativa, que es la razón por la que es tan importante hacer una supervisión cuidadosa y recibir una orientación de parte de profesionales, cuando se utiliza la psilocibina.
Los suplementos de magnesio, vitaminas B y grasas omega-3 disminuyen la depresión
Otra alternativa a los antidepresivos podrían ser los suplementos de magnesio. La investigación publicada en PLOS One reveló que este tipo de suplementos mejoraron la depresión leve a moderada en adultos y, que estos produjeron efectos beneficiosos, los cuales ocurrieron en las dos semanas siguientes, después del tratamiento.
“Funciona rápidamente y es tolerado adecuadamente sin necesidad de llevar un control minucioso de la toxicidad”, dijeron los investigadores.17
El magnesio actúa como un catalizador para los neurotransmisores que regulan el estado de ánimo, tales como la serotonina; y la investigación publicada en 2015 también reveló una relación significativa entre un menor consumo de magnesio y la depresión, especialmente en los adultos más jóvenes.18
Más allá del magnesio, las grasas omega-3 de origen animal, EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico), también son esenciales para la salud cerebral.
El libro The Omega-3 Connection (La Conexión de las Grasas Omega-3), de 2001, escrito por el Dr. Andrew Stoll, psiquiatra de la Universidad de Harvard, fue uno de los primeros trabajos que captó la atención y apoyó el uso de grasas omega-3 para abordar la depresión, y estas han demostrado mejorar el trastorno de depresión mayor.19
Para tener una salud mental óptima es crucial asegurarse de obtener suficiente cantidad de grasas omega-3 a través de su alimentación, ya sea del salmón silvestre de Alaska, sardinas, arenque, caballa y anchoas, o un suplemento de grasas omega-3 de origen animal de alta calidad.
Las vitaminas B también son importantes, y tener bajos niveles de vitaminas B es una incidencia común en los pacientes que padecen depresión; los suplementos de vitaminas B han demostrado mejorar los síntomas.20
Además, en un estudio en el que participaron 9 700 hombres vegetarianos (incluyendo a un pequeño número de veganos), los vegetarianos tuvieron casi el doble de probabilidades de padecer depresión que los comedores compulsivos de carne, incluso después de adecuar variables como el estatus laboral, antecedentes familiares y cantidad de hijos.21
Los vegetarianos son propensos a consumir una menor cantidad de grasas omega-3, vitamina B12 y folato, lo que podría tener un efecto en su riesgo de depresión.
En el caso del folato, ayuda a su cuerpo a producir neurotransmisores reguladores del estado de ánimo, tales como la serotonina y la dopamina. Un estudio realizado en 2012 encontró que las personas que consumían una mayor cantidad de folato tenían un menor riesgo de depresión, en comparación con las personas que consumían una menor cantidad.22
Abordar las deficiencias de nutrientes, así como optimizar su alimentación, son claves para la salud mental y deben ser estrategias de primera línea para tratar la depresión.
Su alimentación podría mejorar o perjudicar su estado de ánimo
No es una exageración decir que una persona “es lo que come”, y las preferencias en alimentos podrían tener, y de hecho tienen, un efecto significativo en su estado de ánimo.
Los hombres que consumían más de 67 gramos de azúcar por día tuvieron una probabilidad 23% mayor de desarrollar ansiedad o depresión en el transcurso de cinco años, en comparación con los que consumían una cantidad de azúcar inferior a 40 gramos por día, por lo que, limitar el azúcar es una estrategia para mejorar su estado de ánimo.23
Esto lo ayudará a sustentar su salud intestinal, otro factor importante para tener una buena salud mental. Comer alimentos fermentados de forma regular, o tomar un suplemento probiótico, también podría ayudarle en ese sentido.
En un pequeño estudio en el que participaron adultos diagnosticados con IBS (síndrome del intestino irritable) y depresión, se descubrió que el probiótico Bifidobacterium longum proporcionaba alivio a la depresión; a las seis semanas, el 64% del grupo que llevaba el tratamiento tuvo menores puntuaciones de depresión, en comparación con el 32% del grupo de control que recibió un placebo.24
El libro The Happiness Diet (‘La Alimentación de la Felicidad’) señala algunos otros alimentos que podrían afectar a su estado de ánimo, tales como las sodas de dieta.25
El aspartame presente en muchas sodas de dieta contiene el aminoácido fenilalanina, que podría alterar la producción de serotonina. Por otro lado, comer un puñado de almendras proporciona 80 miligramos de magnesio que, como se mencionó anteriormente, tiene un efecto relajante en el cerebro.26
Otros alimentos que son beneficiosos para el estado de ánimo incluyen al chocolate amargo, plátanos, cúrcuma e incluso el café negro orgánico.
La terapia de luz para abordar la depresión
Esta es otra opción que parece prometedora. A menudo, se recomienda más utilizar la terapia de luz de espectro en vez de recurrir a los antidepresivos, para tratar el trastorno afectivo estacional (SAD, por sus siglas en inglés), pero incluso podría ser una opción preferible para abordar la depresión mayor.
En un estudio de ocho semanas de duración se encontró que la terapia de luz por sí sola y el placebo fueron más efectivos que el medicamento Prozac para tratar la depresión moderada a severa.27
Asimismo, en un estudio en el que participaron pacientes con trastorno bipolar, que padecían una depresión mayor recurrente, la terapia de luz blanca brillante también fue efectiva para mejorar su estado de ánimo; a través de la cual un 68% logró tener un estado de ánimo normal después de llevar el tratamiento de cuatro a seis semanas, en comparación con el 22% de los que recibieron un tratamiento con placebo.28
En este sentido, también es importante exponerse a la luz solar, no solo porque ayuda a optimizar sus niveles de vitamina D (otro factor relacionado con la depresión),29 sino también debido a que estimula otros mecanismos, tales como la regulación del ritmo circadiano y la producción de serotonina, los cuales se accionan en respuesta a la exposición a la luz solar.
Incluso hacer una hora de ejercicio a la semana es crucial
Aun en el caso de algunas personas, hacer una mínima cantidad de ejercicio podría ser suficiente para combatir la depresión, al menos una hora por semana, lo cual es señalado en un estudio de 11 años de duración, en el que las personas que hacían ejercicio de forma regular durante una hora por semana eran menos propensas a deprimirse.
Por otro lado, las personas que no hicieron ejercicio tuvieron una probabilidad 44% mayor de deprimirse, en comparación con los que lo hicieron durante al menos una o dos horas por semana.30
“La mayor parte de este efecto protector se produjo al hacer poco ejercicio e independientemente de su intensidad”, indicaron los investigadores, y agregaron que “si suponemos que la relación es causal, el 12% de los futuros casos de depresión podrían haberse evitado si todos los participantes hubieran realizado al menos una hora de actividad física cada semana”.31
En mi entrevista realizada en el 2008 con el Dr. James Gordon, experto mundialmente reconocido por utilizar la medicina mente-cuerpo para sanar la depresión, afirmó que el ejercicio físico es al menos tan bueno como los antidepresivos para ayudar a las personas con depresión, en parte porque aumenta los niveles de serotonina cerebrales y, por otro lado, porque aumenta la cantidad de células cerebrales en el hipocampo, que a veces disminuye en las personas que padecen depresión.
Además de la actividad aeróbica, el ejercicio mente-cuerpo, tal como el yoga también ha demostrado ser prometedor.
Por ejemplo, el yoga Iyengar, que se enfoca en los detalles y la alineación exacta de la postura combinada con una respiración profunda, disminuye los síntomas de la depresión en las personas que no toman medicamentos o quienes han tomado la misma medicación durante al menos tres meses.32
No obstante, una mayor cantidad de investigación, esta vez incluyendo la participación de estudiantes de enfermería —una población en la cual es muy común observar señales de depresión— encontró que tanto el ejercicio físico como la meditación de conciencia plena fueron eficaces en el control de la depresión (en este caso, la meditación fue aún más eficaz que el ejercicio).33
Considere que la actividad física debe incluir no solo “ejercicio” sino también muchos movimientos diarios que no están relacionados con el ejercicio, de manera que debe hacer una mayor cantidad de movimiento (salvo mientras duerme).
El movimiento que no está relacionado con el ejercicio es una pieza fundamental para tener una salud óptima, incluso más que una rutina de ejercicios controlada, pero lo ideal es esforzarse por hacer ambos.
Proteja su salud emocional
La psicología energética utiliza una forma de acupresión psicológica, basada en los mismos meridianos de energía que se han usado en la acupuntura tradicional para tratar padecimientos físicos y emocionales durante más de 5 000 años, pero sin las agujas.
Una de estas formas son las Técnicas de Libertad Emocional (EFT, por sus siglas en inglés), que han demostrado ser eficaces para mejorar la salud mental, incluyendo a la depresión.
En un estudio de 30 estudiantes universitarios con depresión moderada a severa, los estudiantes deprimidos recibieron cuatro sesiones de EFT durante 90 minutos. Los estudiantes que recibieron EFT manifestaron niveles de depresión significativamente menores, en comparación con el grupo de control, cuando fueron evaluados tres semanas después.34
Para abordar problemas serios o complejos, busque un profesional de salud cualificado, que esté capacitado en EFT, para obtener orientación a través de este proceso. Dicho lo anterior, en el caso de muchas personas que manifiestan síntomas de depresión, esta es una técnica que podrían aprender a realizar de manera efectiva por su cuenta.
Otra opción, que es una de mis nuevas herramientas favoritas, es el libro Letting Go: The Pathway of Surrender del Dr. David Hawkins. Este es uno de los mejores libros que he leído este año y me ayudó a conocer una herramienta útil sobre cómo liberarse de las emociones dolorosas.
Si padece depresión, vale la pena que lo lea, y considere que la mayoría de las personas se benefician al probar una variedad de métodos de tratamiento alternativos, así como estrategias de estilo de vida, tales como estar atento a una higiene del sueño saludable para mejorar su salud mental.
También, recuerde que no necesita sufrir en silencio. Busque ayuda de un consejero, psiquiatra holístico u otro practicante naturópata, para iniciar su camino hacia la sanación.
Mercola, 16-11-2017
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