Daniel Martín
Madrid, 4 mar (Sputnik). – Madrid comenzó hace una semana la vacunación contra el coronavirus entre su personal esencial. Profesores, policías, militares, bomberos y trabajadores sociosanitarios menores de 55 años están siendo inmunizados con el fármaco de AstraZeneca, pero las reacciones adversas merman las plantillas de los servicios públicos, especialmente en educación.
"Los datos que nosotros tenemos recogidos es que mínimo uno de cada tres profesores ha tenido efectos secundarios o reacciones a la vacuna que les ha obligado a quedarse en casa", explica a Sputnik la secretaria general de educación del sindicato Comisiones Obreras (CC.OO.), Isabel Galvín.
Las reacciones detectadas son fiebre, dolores musculares, malestar general e incluso diarrea, lo que además dejar indispuestos a los docentes, hace que acudir a una clase llena de niños no sea lo más recomendable, ya que son síntomas compatibles con la covid-19.
"Me vacunaron ayer y llevo 24 horas fatal, con mucha fiebre y escalofríos toda la noche, así que hoy no he podido ir a trabajar. Estoy destrozada como si me hubiera pasado un camión por encima", cuenta a esta agencia Andrea, una profesora de primaria de 25 años.
Salvo en casos agudos, las molestias no suelen durar más de un día. Sin embargo, según cuenta Isabel Galvín, en algunos centros "se ha visto afectada más de la mitad de la plantilla", lo que está afectando al normal funcionamiento de los colegios haciendo que "los niños se queden sin profe" por culpa del "desastre organizativo" a la hora de suministrar las vacunas.
"Cuando vimos la reacciones, nosotros pedimos vacunar de manera escalonada [para evitar la concentración de bajas en un solo centro] y recomendamos que las vacunas se hicieran el viernes e incluso el sábado [para pasar la reacción el domingo], pero no nos hicieron caso", añade Galvín.
INCIDENCIAS PREVISTAS
Según datos ofrecidos por la Comunidad de Madrid, actualmente la región cuenta ya con más de 25.000 docentes vacunados sobre los 91.000 que componen la plantilla total, lo que demuestra que las dosis se están suministrando a una gran velocidad, sin espaciar entre los integrantes de un mismo centro.
La administración dice no disponer de un listado de bajas entre los docentes por los efectos secundarios de la vacuna y, además, ofrece una versión de los hechos contraria a la de los sindicatos, afirmando que sólo se observan reacciones adversas en casos aislados.
"Es totalmente falso que las vacunaciones hayan supuesto un problema, sino pequeñas incidencias previstas, puesto que la vacuna AstraZeneca puede, en su primera dosis, generar un efecto secundario puntual con algunos episodios de fiebre o febrícula o alguna molestia muscular", responden a Sputnik desde la Consejería de Educación de Madrid.
Además de los casos entre docentes, el resto de trabajadores esenciales también está registrando este tipo de reacciones, aunque sus casos no trascendieron del mismo modo porque, por lo general, se trata de servicios con plantillas más pequeñas y donde la falta de personal no se nota si no hay emergencias.
César Pérez, responsable de la federación de Servicios de Comisiones Obreras, explica que –según los datos del sindicato– entre los servicios de Policía Local, Bomberos y Protección Civil de Madrid tienen alrededor de un diez por ciento de bajas tras recibir la vacuna.
"Son efectos pasajeros, pero es verdad que la gente se asusta un poco y se genera inquietud entre los siguientes", apunta.
LAS VACUNAS SON SEGURAS
Más allá de las bajas laborales puntuales, el miedo a las vacunas es el verdadero efecto secundario detrás de las reacciones registradas en los últimos días.
En el caso de la vacuna de AstraZeneca llueve sobre mojado, ya que este fármaco lleva tiempo bajo los focos por la falta inicial de evidencias sobre su eficacia en personas vulnerables o por el hecho de que sus ensayos clínicos ofrecieran una eficacia del 70 por ciento, menor que las de Pfizer/BioNTech (95 por ciento), Moderna (94,1 por ciento) o Sputnik V (92 por ciento).
Recientemente, el Colegio General de Dentistas de España manifestó su rechazo a que los odontólogos reciban la vacuna de AstraZeneca porque el colectivo debe recibir "la máxima inmunidad", lo que da cuenta de la inseguridad que genera el producto desarrollado por la Universidad de Oxford.
Sin embargo, los expertos recuerdan que la vacuna de AstraZeneca es segura y, además, enmarcan las reacciones entre sus receptores dentro de lo esperable.
"En la primera dosis esta vacuna está produciendo un poco más de reacción que otras, pero también hay indicios de que en la segunda dosis sucede al revés, así que en el global no cambia tanto", explica Carlota Dobaño, jefa del grupo de inmunología del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Además, la proliferación de efectos secundarios entre los trabajadores públicos también responde a otros factores, como el hecho de que se esté centrando la vacunación en personas menores de 55, incluyendo a jóvenes con un sistema inmune más fuerte que reacciona de forma más agresiva, o el hecho de que cada vez hay más personas que superaron la infección previamente, lo que también produce una reacción mayor.
En opinión de Dobaño, los efectos secundarios registrados hasta la fecha "no están fuera de lo habitual, pero el hecho de que se esté vacunando a tantos colectivos a la vez hace que la impresión sea más exagerada", lo que se podría haber solventado poniendo las dosis "de forma más escalonada".
En cuanto a las dudas sobre la efectividad de AstraZeneca, Dobaño recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa a partir del 50 por ciento el umbral para dar su bendición a un fármaco, algo con lo que cumple el producto de Oxford.
"Cualquier cosa por encima del 50 por ciento es más que suficiente", explica la inmunóloga, que además destaca cómo, a medida que se va aplicando la vacuna de AstraZeneca en distintos países, cada vez se conocen datos que apuntan a su efectividad incluso entre gente mayor, por lo que su previsión es que la eficacia del fármaco puede ser incluso mejor que lo anticipado en los ensayos clínicos.
"El hecho de que sea menos eficaz que otras o que proporcione una mayor reacción en la mayor dosis no quita que sea completamente beneficiosa. Es mejor pasar un malestar durante un día que tener el covid-19 de verdad. La molestia es muy pequeña comparada con los beneficios", concluye la investigadora.