Un estudio realizado en la Universidad de Nagoya, Japón, señala que las mujeres que comen pescados pequeños enteros, incluyendo cabeza, cola y espinas, presentan menor riesgo de morir por cáncer y otras enfermedades.

 

pejerrey frito

Estudios anteriores han revelado el efecto protector de la ingesta de pescado sobre los resultados de salud, incluidos los riesgos de mortalidad. Sin embargo, pocos estudios se han centrado en el efecto de la ingesta de peces pequeños específicamente en los resultados de salud, dijo en un comunicado el investigador principal, el Dr. Chinatsu Kasahara de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nagoya.

El estudio, publicado en la revista Health Nutrition, abarcó a 80.802 personas de entre 35 y 69 años, divididas en cuatro grupos según la frecuencia con la que consumían pescado pequeño: rara vez, de una a tres veces al mes, de una a dos veces a la semana y más de tres veces a la semana. Ejemplos de peces pequeños incluyen morrallas, capelán del Atlántico, eperlano japonés y pequeñas sardinas secas.

Durante el período de seguimiento de nueve años, 2.482 participantes murieron, incluidos 1.495 de cáncer.

Los autores del estudio encontraron que las mujeres que comían pescado pequeño al menos una o tres veces al mes tenían menos probabilidades de morir de cáncer y otras causas en comparación con las mujeres que rara vez consumían peces.

Los peces pequeños pueden ser un componente de una dieta saludable, señalan los investigadores en sus hallazgos, y añaden que son una buena fuente de micronutrientes como calcio, vitaminas y ácidos grasos cuando se consumen con huesos y órganos.

Los investigadores atribuyeron específicamente el mérito a los “efectos antitumorales de las vitaminas A y D”, así como a la presencia de ácidos grasos omega-3, que se ha demostrado que reducen la presión arterial, reducen la inflamación y apoyan la función cerebral.

Los investigadores observaron beneficios potenciales similares en los hombres, pero encontraron que la tendencia “no es estadísticamente significativa”. Teorizaron que esto puede deberse al número limitado de sujetos masculinos en el estudio (se incluyeron 34.555 hombres frente a 46.247 mujeres) y a otros factores no medidos, como el tamaño de la porción de pescado pequeño.

Los autores notaron otras limitaciones de su estudio, incluido el hecho de que no estaban conscientes de los cambios en los hábitos alimentarios y los factores de estilo de vida de muchos participantes durante el período de seguimiento; es posible que los participantes no hayan informado con precisión su consumo de pescado pequeño; y el área de estudio se limitó a Japón.

Los peces pequeños son fáciles de comer para todos y se pueden consumir enteros, incluida la cabeza, los huesos y la cola. La relación inversa entre la ingesta de peces pequeños y el riesgo de mortalidad en las mujeres subraya la importancia de estos alimentos ricos en nutrientes en la dieta de las personas.