Envalentonado por haberse apropiado de tierras agrícolas peruanas y por tener mayoría asegurada en el Congreso de la República del Perú, ahora Chile se atribuye facultades legislativas en el Perú.
Ante la conducta servil del gobierno humalista, los chilenos continúan con sus exigencias coloniales y reclaman la modificación de las leyes peruanas en lo referente a la soberanía sobre las 200 millas.
Con aires de patrón que recuerda a sus sirvientes peruanos que deben cumplir sus obligaciones, el excanciller chileno Alfredo Moreno pidió “vigilar” que nuestro país modifique dicha legislación antes de culminar la implementación de fallo la Haya, demanda que publicó en un editorial del diario chileno La Tercera.
En cuanto a "vigilar", somos los peruanos quienes debemos vigilar al gobierno peruano para que recuerde que su mandante es el pueblo peruano, no los rateros chilenos, y para que cumpla así con sus palabras de no cambiar ninguna ley peruana para satisfacer las exigencias de los chilenos.
Recordemos que antes de conocerse el fallo de La Haya, Ollanta Humala y la diplomacia peruana afirmaban que de ninguna manera se iba a modificar leyes paeruanas respondiendo a las interpretaciones legales del enemigo chileno.
Bastaron un jalón de orejas de Santiago, una reconvención y una "cuadrada" para que el presidente y sus diplomáticos de pacotilla quedaran al descubierto como vulgares mandaderos de los chilenos.
En verdad lo que pasa es que Chile quiere demostrar a todo el mundo que la sumisión de los gobernantes peruanos debe ser inquebrantable, como lo es su lealtad a Chile (no al Perú ni a los peruanos que los eligen). Por eso no llama la atención que hasta ahora el gobierno peruano, para no contradecir a Chile, se niega a ejercer soberanía en el triángulo terrestre, negligencia intencional que pone la situación totalmente en manos de los ladrones chilenos.
¿Y qué fue de las palabras de Ollanta Humala? Así habló el presidente al dirigirse al Congreso de la República el 27 de enero, cuando nada hacía pensar que Chile iba a desautorizarlo de manera brutal y humillante: “El derecho internacional señala que los fallos de la Corte de La Haya son definitivos e inapelables, y son válidos y están vigentes desde el momento en que se emiten. Las naciones que se someten a su jurisdicción están obligadas a acatar sus sentencias, por lo tanto, su implementación no puede ser objeto de ningún tipo de condicionamiento.” El Peruano, Lima 01-02-2014 |
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