Rocío Ferrel

La mayoría de la ciudadanía en el Perú rechaza que un Congreso sin legitimidad y con parte de ellos denunciados y blindados haya consumado la vacancia presidencial faltando sólo meses para las elecciones generales, pero esa justa indignación, en buena parte espontánea, está siendo manipulada en especial por el Partido Morado.

 

Carolina Lizarraga Julio Guzman Susel Paredes

 

La protesta es un derecho y ya estuvo bien que se conozca el repudio contra este Congreso y el nuevo presidente, pero de forma irresponsable diversos congresistas instigadores de ese partido, así como su líder Julio Guzmán llamaron a las marchas o a la “insurgencia”, atizando en especial a los jóvenes a lanzarse a las calles en medio de la pandemia.

Hay que tener presente que Julio Guzmán nacido a la política por Nadine Heredia, ofreció prácticamente a Israel poner al Perú en calidad de colonia, por tanto, lo último que podemos creer es que nuestro país le importe más que sus propios intereses.

Junto con Julio Guzmán caldearon los ánimos otros miembros de ese partido, como Carolina Lizárraga y Susel Paredes, a quien poco importa la vida del prójimo. Recordemos que cuando trabajó para la corrupta gestión de Susana Villarán condujo un desalojo en Santa Anita donde murieron cuatro personas, mientras los periodistas mermeleros hacían coro a Villarán, que decía que esa operación fue un “éxito”. Tal vez esté buscando más “éxitos” en estas marchas. Cuiden su vida.

Estamos en una fase de hechos consumados y el propio expresidente Martín Vizcarra ha aceptado la vacancia. La gente ya desfogó en las marchas su repudio. Ahora se debe estar vigilante en forma pacífica y con astucia. No se puede continuar con las movilizaciones de forma irresponsable, pues además, no revertirán la situación. En abril castiguemos con nuestro voto a los partidos escoria responsables de la vacancia.

 

Tribunal Constitucional

Los colectivos de indignados deberían organizarse en plantones pacíficos en el Tribunal Constitucional (TC), pues su lentitud en delimitar la figura de la vacancia presidencial por incapacidad moral permanente ha dado lugar a este abuso de esta figura, o golpe de estado, como quieran llamarle. El TC debe zanjar esta materia cuanto antes y los plantones pueden recordarles que deben darse prisa.

De darse un fallo que confirme que se perpetró un abuso, un exceso con la vacancia, agravaría la ilegitimidad del presidente Merino y abriría un nuevo panorama, nuevas posibilidades de debate o acción que deben ser conducidas dentro de la legalidad.

Las marchas y los actos de violencia en medio de la pandemia, sumados a la vacancia son negativos no sólo para la salud pública, sino para la estabilidad económica del Perú.

Esta situación política está dañando ya a nuestro país en el campo económico, los bonos del gobierno han caído, el sol se ha debilitado, mientras los inversionistas están evaluando sus proyectos o posponiéndolos.

Por todo lo anterior, la ciudadanía ya debe dejar de seguir a la cúpula de comodines del Partido Morado, pues su irresponsabilidad y aprovechamiento de estas circunstancias han quedado más que demostrados.

 

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