El acebo infinito
Balada de la bicicleta
El acebo infinito
Por Ángel Pasos
Cuando bajaba del collado, a un lado del camino, entre la niebla, vi un acebo. Dejé mi bicicleta y me acerqué. El árbol había crecido en una grieta, entre unas piedras. Yo nunca había visto uno y sentí que estaba contemplando algo muy especial, como cuando, siendo yo un niño, vi el mar por vez primera.