Militarismo chileno es una grave amenaza para el Perú y la paz en Sudámerica
Escribe: César Vásquez Bazán
En los últimos veinte años, gastos chilenos en fuerzas militares ascendieron casi a 80 mil millones de dólares.
Cifra es tres veces mayor al gasto hecho por Perú.
El costo de tener la conciencia sucia.
En las últimas dos décadas, Chile ha gastado en sus fuerzas militares 79,561 millones de dólares, un promedio de cerca de cuatro mil millones de dólares anuales. Una bestialidad de dinero para un país de 17 millones de habitantes.
Por supuesto, la oligarquía gobernante chilena ha podido utilizar ese dinero gracias a los ingresos earmarked que la Corporación del Cobre (Codelco) tiene que entregar obligatoriamente a los militares cada año. Cobre, by the way, nacionalizado por Salvador Allende, que terminó paradójicamente en las manos de los milicos que le dieron el golpe de estado al gran socialista.
Y es que la oligarquía chilena será neoliberal pero no es cojuda en creerse el cuento del “Estado subsidiario”, lo cual marca una gran diferencia con la oligarquía peruana. Conservó lo sustancial del cobre en manos del Estado con lo que logró mantener el equilibrio fiscal y, al mismo tiempo, comprar juguetes de muerte para los uniformados, en el entendido de que mientras los milicos chilenos se diviertan con sus toys no atentarán contra la “democracia”.
Cobre de Codelco, también dicho sea de paso, explotado por Chile pero proveniente del territorio boliviano de Chuquicamata.
¿Para qué gasta Chile cuatro mil millones de dólares en milicos? Expresado en pocas palabras, porque Chile tiene la conciencia sucia del robo hecho de Tarapacá, Arica y el litoral boliviano en 1879. Cree que gastando tres veces más en fuerzas militares que el Perú, disuadirá cualquier intento de recuperación de esos territorios por sus legítimos propietarios.
Chile cree con su matonería militarista que cuando el fallo en La Haya le sea adverso, podrá decirle al Perú "Bueno, pues, cholo, no acepto las razones de la justicia internacional; me zurro en La Haya, ven y sácame de aquí por la fuerza, si puedes".
Chile quema el dinero en armamento y en matones de uniforme, lo cual es una vergüenza en un país con dos millones de seres humanos viviendo debajo de la línea de pobreza, con 23% de desempleo entre los jóvenes de 15 a 24 años de edad, con un millón de analfabetos, con 25% de población rural sin una fuente adecuada de agua potable y con una educación cara y elitista que discrimina cada vez más contra los pobres, según lo hace saber al mundo doña Camila Vallejos.
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