Por Hernán de la Cruz Enciso (*)
“¡Amenaza comunista en el Perú!”, vociferan apristas y fujimoristas en calles y plazas, y apuntan con el índice como presuntos responsables a los partidos políticos financiados por las oenegés transnacionales. ¿Pero es verdad que hay peligro comunista en el Perú? Es cierto, a tal punto que el país va camino a convertirse, paulatinamente, en un protectorado comunista. Pero la otra gran verdad es que la invasión roja fue mayormente gracias al fujiaprismo y a los llamados partidos liberales. Estos grupos políticos, que detentaron el poder en los últimos treinta años, no lograron construir patria y acudieron, en última instancia, al salvataje de los llamados “capitales” comunistas.. Claro, todos ganaban. Sobornos los políticos con poder, a cambio de leyes favorables y protección desde Palacio, el Congreso y el Poder Judicial. ¡Pobre del dirigente que realice alguna manifestación contra los capitales del comunismo internacional! Y la Confiep, un gremio de empresarios con vocación de mayordomos, también salió ganando. Sirvió de bisagra con el país a cambio de algunos cachuelos (proveedores, servicios de tercerización, etcétera). En este escenario los llamados grupos de “izquierda” podían proponer algún camino de dignidad pero solo aportaron con algo de humor negro a la política nacional, pues se convirtieron en esos cojos de la esquina que se arranchan las muletas para que no camine ninguno. Y lo peor es que se han quedado anclados en las ideologías que estaban de moda en los tiempos de Tongolele (y conste que Tongolele no es un gran pensador sino una bailarina del siglo pasado).
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