Por Duilio de la Motta C.
En el proceso electoral que se avecina, una vez más puede comprobar que la derecha peruana es la más reaccionaria del continente. No “es bruta ni achorada” como dice Tafur, es maligna y enemiga del país. No tienen ideas, no razonan, aspiran a continuar con el nefasto liberalismo que impusieron el BM. El FMI, el BID, asesores norteamericanos y con la complicidad de Alberto Fujimori. Posee un arcaísmo congénito, es incorregible, por eso deben ser considerados como el enemigo fundamental del pueblo. Sus metas son saquear y engrandecer su fortuna, no les importa un ápice la sociedad y el futuro del país. No son conscientes del daño que ha ocasionado el fujimorismo durante 25 años. No ven que nos hemos quedado atrás en relación a otros países, la industria nacional ha sido casi liquidada, la salud pública es un fracaso, no hay medicamentos y para el colmo son los más caros de América. Ni que decir de la educación pública, es pésima, nos han fondeado al último lugar en la escala mundial. La inseguridad social no existe, el crimen y el robo se ha incrementado en “N” veces. Los sueldos y salarios de los trabajadores son ridículos y deprimentes, al trabajador lo someten a una explotación inhumana y sin horario. La corrupción se ha generalizado en los estamentos del estado a extremos jamás vistos en la historia del país. Concretamente la sociedad se ha envilecido, convirtiéndose en no viable para los peruanos, requiere de cambios sustanciales en la estructura, su sistema legal y constitución. Es inexplicable la imbecilidad en los candidatos y partidos de derecha que no comprendan, es como que si una peste les hubiera anulado el cerebro, no se salva uno, se han enconchado en “dejar hacer, dejar pasar”, lema del neoliberalismo de hace 200 años.