Ser maestro
Ser maestro
José Luis Rozalén Medina (*)
Conocemos las circunstancias en las que muchos maestros y maestras ejercen su labor diaria y que, en muchas ocasiones, los lleva a la depresión y a la enfermedad psicológica: adolescentes semi-analfabetos que no les tienen ningún respeto, que los amenazan, que incluso los golpean; padres incapaces de proponer a sus hijos unas mínimas norma éticas y sociales de comportamiento y que, además, no ayudan a los profesores a intentarlo; una sociedad “pragmática” que no muestra auténtico interés en el grave problema escolar.