Carlos Enrique Delgado Guerrero
La confusión, desinformación, convulsión, incoherencias y perversión aparecen como fantasmas a través de los diferentes medios de comunicación y redes, generando terror, miedo, desconcierto, tensión, estrés, depresión, ansiedad y en algunos casos se ha registrado hasta el suicidio, me solidarizo con la combativa pobreza extrema, hogares donde no llega ni el agua potable ni las cisternas donde sólo se llega caminando, mientras les dicen que se laven las manos varias veces al día, una de las incoherencias más saltantes como la sobrevaloración del alcohol cuando hasta hoy se sigue produciendo alcohol en el país, las filas por cerveza en el norte del país, estas aglomeraciones se tradujeron en más contagios, los bonos son insuficientes mientras que el gobierno exige el cumplimiento de sus directivas en esta ya “sesentena” sin dar las medidas para que las personas sobrevivan a la situación, es natural que se sienta el descontento pero ojo, el malestar en las mentes es el tiro de gracia de esta “plandemia” pronosticada hace varios años atrás por sus presuntos promotores.