Primero los derechos, luego el fútbol
Carlos Miguélez Monroy*
Con las protestas en las calles de Brasil contra la Copa del Mundo en su apogeo, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, anunció en marzo que la elección de sedes mundialistas tomará en cuenta los derechos humanos. Blatter matizó, sin embargo, que este criterio tendrá vigencia del mundial de 2026 en adelante, pues los de 2018 y 2022 ya están asignados respectivamente a Rusia y a Qatar. Ambos han sido cuestionados en los últimos años por temas relacionados con los derechos humanos. En Rusia, hay leyes que criminalizan las “manifestaciones públicas” de homosexualidad mientras, en Qatar, las condiciones de trabajo, los derechos de la mujer y de libertad de expresión preocupan a los defensores de los derechos humanos.