Hacia una nueva geometría del poder
Por Tankar Rau-Rau Amaru
Hablaremos, primero, de geopolítica.
El comunero Juan Quispe, un kechwa chanka, tiene dos hijos y para su sustento cuenta con cuatro hectáreas de chacra. Si este comunero no educa a sus hijos, ellos heredarán dos hectáreas de chacra cada uno. Los hijos de Juan tendrán también cada uno dos hijos, y si no los preparan para otras actividades productivas, los nietos de Juan Quispe heredarán una hectárea de tierra cada uno. Así sucesivamente, hasta que los tataranietos de los tataranietos de Juan Quispe solo tendrán cien metros cuadrados de tierra. Conclusión: la decadencia familiar y social de los Quispes.