José Carlos García Fajardo (*)

Hay varias clases de pobres: los que no tienen que comer, los que no tienen acceso a la educación, los que no saben que son pobres y los que no saben que son personas.

Cuando casi nos habíamos acostumbrado, no sin dolor ni sin ira, a convivir con los pobres, surgió en las últimas décadas el concepto de los excluidos. Aquellos que no sabían que eran pobres, ni tan siquiera que eran seres humanos. En menos de una década ha surgido una nueva figura, la del perdedor radical.

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La horrible mala práctica de las notificaciones para diligencias judiciales en querellas, y otros procesos penales, son un horripilante mal endémico; los a veces jovencitos notificadores se venden por el precio de un menú del día para no entregar la cédula a una parte a petición de la contraria o para mutilarla. Sin vergüenza dicen: “Doctor: si me da para mi menú, no entrego nada a la otra parte; puedo dejarle a usted las dos notificaciones”.

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Claro, por supuesto, que impecable operativo contra subversivos en el VRAEM, con la niña Zoraida Caso Asparre, de 9 años, muerta en su propia casa por proyectil de arma de fuego que ingresa por la espalda y sus 3 hermanitos detenidos o retenidos que da lo mismo, de solo 10 meses, 4 y 8 años, con la modesta e indefensa madre aprehendida, traídos  todos ellos desde Ranrapata, distrito de Santo Domingo de Acobamba, Región Junín, a un aeropuerto  militar capitalino en avión capitaneado por engalonados, por si las moscas los niños intenten rebelarse con su ternura en el trayecto.

Todos en Perú saben que se está fletando una candidatura presidencial, tempranera y bajo el erróneo supuesto que siempre estarán en pico alto, desde Palacio y con dinero de la ciudadanía. A nadie escapa que los medios de comunicación, adulones profesionales por escrito, en la televisión y por radioemisoras, son cómplices del arrebato con el pretexto de la “información”. ¿Quién puede yugular las legítimas pretensiones de la señora Nadine Heredia a postularse al sillón que hoy ocupa su esposo, Ollanta Humala? Creo que nadie, no obstante esa verdad de Perogrullo, debiera hacerlo con su dinero y con absoluto divorcio de los amables como ingentes recursos del Estado.

Por Gustavo Espinoza M. (*)

En los años 70 del siglo pasado solía hablarse de un episodio trágico ocurrido con el pueblo Palestino acosado brutalmente por la dictadura jordana de Hussein II. En aquella circunstancia, en efecto, y luego que ocurrieran diversas acciones contra la presencia de Israel en la región, y por presión yanqui, la administración de Amman decretó un 16 de septiembre la ley marcial y la ocupación militar de los campamentos palestinos ubicados en ese suelo, entablándose una lucha que cobró centenares de víctimas. El acontecimiento pasó a la historia como un genocidio sionista. Fue un “septiembre negro”.

Alberto Adrianzén M.*

El dato es bastante curioso: mientras que en la mayoría de países de América Latina, y en especial en América del Sur, discuten sobre la integración de la región y sobre la mejor manera de avanzar en lo que sería una nueva unidad política e institucional de estos países, aquí caminamos en sentido diametralmente opuesto. Hace unos días, Juan Paredes Castro, editor central de política del diario El Comercio, en una de sus columnas nos dice lo siguiente: “Cada Cumbre de APEC debe ser para el presidente Ollanta Humala, exagerando la metáfora, como un viaje a las estrellas, por decir lo menos, un viaje a otro planeta. No es el cambio de escenario ni la larga travesía a ultramar lo que hace la diferencia. Es el cambio de visión política que opera intensamente en él a la hora que tiene que alternar con la mitad de los líderes más importantes del mundo” (El Comercio, 10-09-12).

anciano baston 2José Carlos García Fajardo (*)

En China sería una falta de educación decirle a una persona mayor “¡Qué joven la encuentro!” En toda África y en India, así como en la América campesina, a los ancianos se les ofrece el mejor asiento y los bocados más tiernos, se les consulta, se les escucha en silencio, se les facilitan las cosas para que sus vidas maduren en paz y con sosiego. Porque las personas mayores son el bien más preciado de una sociedad bien estructurada.

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Cuando ya se encontraban, el sábado 12-9-1992, 10 pm,  en las oficinas de la DIRCOTE (Av. España, centro de Lima), los capturados en calle Varsovia 459, Los Sauces, Surquillo, Abimael  Guzmán  Reynoso y su pareja Elena Iparraguirre Revoredo, el general PNP Antonio Ketín Vidal  Herrera, como director de esa unidad, llamó a Palacio de Gobierno para informar lo sucedido, pero sólo habló con uno de los edecanes de Alberto Fujimori ya que éste se encontraba de viaje de placer usual en Iquitos pescando tal vez paiches. De lejos, no intuyó ni soñó esta proeza antiterrorista. La sola vez que visitó el local DIRCOTE, con Kenyi, varios meses atrás, fue a visitar su museo, pues tenía la curiosidad lombrosiana de conocer de cerca las caras en foto de los avezados criminales; creía que la faz algo presagia y de paso con yerro diferenciarse.

Ollanta Humala no sabe por qué lo critican. Ayudémoslo.

El presidente Ollanta Humala declaró a AFP en Vladivostok al final de APEC 2012: “No sé por qué me critican tanto. El juego de la democracia es así: hay un gobierno y una oposición, aceptamos todas las críticas, no me corro a ninguna, pero tengo el derecho de descargar esas críticas; soy una figura pública y me pueden criticar hasta por mi forma de sentarme y todos tienen derecho a criticarme porque soy político”.