Excluidos y sin esperanza
José Carlos García Fajardo (*)
Hay varias clases de pobres: los que no tienen que comer, los que no tienen acceso a la educación, los que no saben que son pobres y los que no saben que son personas.
Cuando casi nos habíamos acostumbrado, no sin dolor ni sin ira, a convivir con los pobres, surgió en las últimas décadas el concepto de los excluidos. Aquellos que no sabían que eran pobres, ni tan siquiera que eran seres humanos. En menos de una década ha surgido una nueva figura, la del perdedor radical.