Cooperante, profesión de riesgo
por Ana Muñoz Álvarez (*)
Blanca, Montse, Enric, Ainhoa, Rosella… son profesionales que querían trabajar para vivir en un mundo mejor, donde todo el mundo tuviese cabida. Son cooperantes de organizaciones serias, desplazados al terreno para trabajar mano a mano con los “nadies” de este planeta, en palabras de Eduardo Galeano. Y, además, todos tienen en común que han sido secuestrados para ser moneda de cambio por grupos terroristas o activistas de organizaciones armadas. Los secuestros en Kenia de las cooperantes de Médicos sin Fronteras (MSF), en Tinduf de tres trabajadores humanitarios y en Somalia, de dos cooperantes de una ONG Danesa, demuestran que ser cooperante se ha convertido en una profesión de riesgo.