Una renuncia con sabor a crisis
Han transcurrido unos días de la renuncia de Avelino Guillén al cargo de Ministro del Interior por la falta de respaldo político del presidente Castillo en su malestar con el comandante general de la Policía, Javier Gallardo, señalado de guardar relación con una supuesta mafia corrupta que desnaturalizaba y entorpecía las acciones que el exministro creía necesarias. Se esperaba entonces que el Presidente resolviera estos entredichos y respaldara a Guillén; su lenta y desconfiada manera de tomar decisiones, puso en el escenario una nueva crisis. A esta primera renuncia siguió la declinación de Mirtha Vásquez, quien como ella expresó, se había llegado a un punto que no permitía prolongar su compromiso con el mandatario optando por su renuncia al premierato.