¡Ese Establo!
por Herbert Mujica Rojas
Leí en alguna parte que el egregio presidente del Congreso, Javier Velásquez Quesquén, albergaba serias esperanzas en la aprobación de una ley que le permitiese renunciar a su cargo con el loable y anhelado objetivo de aspirar al liderazgo de la Región Lambayeque. Así como lo oyen, el señor de marras, ascendió a lo alto para luego definir el retorno al pago parroquial del hermoso departamento norteño. ¡Qué interesante! Entonces el Establo no es más que una pascana, un jirón efímero, una hilacha deleznable en el cuadro de ambiciones en que incurren nuestros políticos criollos. ¿Cómo pueden quejarse de campañas de desprestigio los legiferantes si los principales fautores de éstas están en la mismísima cabeza del Poder Legislativo?