Por. David Auris Villegas*
Desde mi refugio, observo espantado a un EE. UU. desangrándose, víctima del COVID-19 y a una vieja Europa batallando ferozmente. América Latina, parte de Asia y África suplican un milagro mesiánico debido a su extraordinaria dependencia tecnológica.
Por. David Auris Villegas*
¿Quién sabe si al final de esta pandemia una legión de descamisados acabemos desconsoladamente arruinados en Infocorp?, mientras los cleptómanos y tentadores bancos, demostrando su refinada educación sagaz, emergerán más robustos como los hacendados de la nefasta guerra del salitre. Estas entidades a pesar de cobrar los intereses más altos del planeta gracias a la complicidad de leyes generada desde el congreso y el ejecutivo, ensañándose en tiempos de coronavirus, arrebatan cínicamente los últimos centavos de sus agonizantes clientes.
Por David Auris Villegas
Vivimos tiempos extraños que nos lo recuerda Jürgen Habermas, “nunca habíamos sabido tanto de nuestra ignorancia”. Estamos asumiendo nuevas actitudes y desafíos como la cuarentena rompiendo nuestro hábito gregario, ante un enemigo invisible que, sino practicamos la educación ciudadana positiva, este virus hará añicos a países pobres como Perú con sujetos reacios a normas de convivencia social.
Carlos Javier Carquín
Los días desfilan lentamente y durante el tiempo continúa su libre marcha la humanidad se invade de luto, pánico y preocupación universal, este 2020 con ruido planetario está marcando en cada uno, un antes y un después. Lo que inició como una leve enfermedad en la gigante China en diciembre del 2019 se ha convertido mundialmente en crisis sanitaria, económica e increíblemente estamos navegando por eminente desesperación acompañada del inexplicable dolor, nadie estaba preparado para vivir esta alarmante situación por la que hoy todos estamos enfrentando, esta oscuridad pronto desaparecerá, pero es indispensable que demostremos genuino amor, es tiempo para olvidarse del ego, es tiempo para alejarnos de la envidia e hipocresía y acercarnos a la incondicional solidaridad, vivimos momentos para meditar con noble honestidad.