Herbert Mujica Rojas

La ofensiva vendepatria en el tema energético ha renacido sin vergüenza, huérfana de dignidad y diciendo monsergas, las de siempre, contra Petroperú. El afán se llama privatización como si no hubiera sido esa fórmula la causante de tremendos forados y asaltos, al dinero del pueblo peruano.

 

nueva refineria Talara 3

Los privatizadores se esconden bajo el disfraz de eficiencia que se refiere a que cobran bien sus servicios mercenarios. Ajenos a cualquier designio patrio, son cultores del Dios mercado que gratifica su “trabajo” de campo.

El desaparecido ingeniero y patriota, Carlos Repetto Grand, el 2002, advirtió en una brillante conferencia titulada: Orígenes, ilegalidad y fracaso del proceso privatizador de Petroperú S.A., imprescindibles conceptos de vigencia rotunda.

“La privatización de Petroperú S.A., se basó en el pretexto de su falencia económica, promovida artificialmente a lo largo de los años, usando las más burdas maniobras. …Se expresó, que las mencionadas privatizaciones traerían consigo inversiones y con ello empleo, algo totalmente incumplido y más bien al contrario, asimismo que ingresaría una tecnología de punta en todos los campos, lo que fue también una patraña, no pudiendo las compañías adjudicatarias de los campos petroleros, llámense Petrotech, Pérez Companc; Pluspetrol, ni siquiera mantener la producción; inclusive con una alarmante declinación de reservas probadas.

…. también se justificaba la privatización pues ella traería la estabilidad en el precio de los combustibles, lo cual no ha sido cierto, incrementándose al doble desde que La Pampilla cayó en manos de Repsol en 1996, de seria gravitación social. En conclusión, el acto privatista, ha sido un fracaso.

El pago de 256 MMUS$ a la American International Group, por la expropiación de la Belco. Insólitamente en el proceso de privatización se obligó a la empresa estatal a sufragar los programas denominados de remediación ambiental, en La Pampilla, así como contribuciones a las FFAA, en el conflicto del Cenepa.

Si bien, repito, Petroperú S.A, por un mínimo concepto de lo que es defensa nacional, no debe ser privatizada, esta acción debiera ser acompañada de una total reorganización del ente estatal. De otra manera será lo mismo de siempre.

Es vital reforzar nuestra defensa nacional, pues las apetencias de tantos vecinos es ancestral y una manera, es el NO desprenderse de nuestras empresas estratégicas, llámense eléctricas y petroleras, tal como lo hace Chile y otros países de Sudamérica. Es necesario para ello dar paso a una política integral energética, y dentro de ella la petrolera que privilegie, así como se incentive la inversión extranjera en los campos de la exploración y explotación, se haga lo mismo con estas dos actividades la refinación y petroquímica, la primera dotándola o reforzando sus procesos de conversión y así poder equilibrar en algunos años nuestra balanza de hidrocarburos.

Es así que se inicia, en la más innoble forma, un acto rapiñesco al amparo de un gobierno dictatorial, corrupto y entreguista, el desmembramiento de Petroperú S.A., con la venta o entrega a concesión por largos años de la totalidad de los campos petroleros de la Selva Norte, central, costa y zócalo continental, Refinería La Pampilla, con una venta oprobiosa; estaciones de servicios, despojándola adrede, de sus bocas de salida, rematando a precio de regalo bajo la modalidad de concesión, plantas de ventas e instalaciones portuarias.

Rematando, esa es la palabra, sin reserva alguna a capitales chilenos la filial Sol Gas, así como a un grupo panameño Petrolera Transoceánica. Igualmente a precio de chatarra se vendieron las Plantas Industriales de Fertilizantes, Solventes y Negro de Humo, a capitales chilenos y colombianos”.

Los fenicios (comerciantes) privatizadores están desatados. Pocos días atrás la Confiep (apéndice del gobierno delincuencial de Alberto Kenya Fujimori), la Sociedad Nacional de Minería y Petróleo y la Sociedad de Comercio Exterior, Comex, salieron a pedir que se prolongara ¡tres años más! la concesión de los lotes petroleros en Talara.

Como una hazaña impresionante hay que recordar que las empresas recibieron el obsequio privatizado con una producción de 130 mil barriles diarios. Luego de 30 años apenas si llegan a 40 mil barriles por día. ¿No era tan maravillosa esa gestión?

Con prescindencia de todo atisbo de concepción geopolítica o de comprensión que con un planteamiento disciplinado la integración vertical de Petroperú sí es rentable y con miras a combustibles diversos y de calidad y ahorro significativo de divisas para emplearlas con honestidad.

Pero ¿qué sabe el burro de alfajores? Cuando en un país como el nuestro, los tecnócratas no sólo son capaces de vender a sus respectivas madres ¡sino que hasta discuten el precio!

Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!


23.09.2023
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Señal de Alerta-Diario Uno