Por Thierry Meyssan
A pesar de los innumerables comentarios de la prensa occidental en ese sentido, Evgueni Prigozhin nunca quiso dar un golpe de Estado contra el presidente ruso Vladimir Putin. Quizá quiso, eso sí, chantajearlo para conservar los privilegios que él mismo ha acumulado desde que creó su firma de seguridad privada. Pero acabó volviendo a la razón y reincorporándose a su función.
¿Pudiera el intento de “golpe de Estado” de Evgueni Prigozhin llegar a modificar el panorama militar en Ucrania? Ese es ciertamente el anhelo de la OTAN, que inmediatamente puso sus esperanzas en la rebelión de Prigozhin, llegando incluso a movilizar sus agentes “durmientes” en Rusia. Washington y Londres esperaban concretar por fin el proyecto de dividir Rusia que no lograron llevar hasta el final en 1991 [1].