Las investigaciones mostraron que el SARS-CoV-2 provoca que las células infectadas produzcan una "especie de tijeras moleculares" a partir de su propio material genético, con las que "cortan" una proteina fundamental para su supervivencia, por lo que mueren.
 
 

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Imagen fluorescente de tejido cerebral humano post-mortem que muestra núcleos celulares (azul) destacando un vaso sanguíneo en el que las células endoteliales vasculares expresan material genético del SARS-CoV2 (rojo). © Vincent Prévot / Inserm

Análisis escrito por Dr. Joseph MercolaDatos comprobados

HISTORIA EN BREVE

  • Investigaciones recientes sugieren que no aspirar la jeringa para asegurarse de que el contenido no ingrese al torrente sanguíneo podría causar daños
  • Los ratones que recibieron una vacuna de ARNm por vía intravenosa desarrollaron miopericarditis, inflamación del corazón y del saco cardíaco circundante
  • Administrar la “vacuna” de ARNm por vía intravenosa indujo la degeneración visible y la muerte de las células del músculo cardíaco. Dado que las células del corazón no se regeneran, este daño podría ser permanente. El tejido cardíaco dañado o perdido se remplaza con tejido cicatricial, lo que inhibe la contracción muscular
  • La inyección por vía intravenosa también provocó depósitos de calcio en la capa interna (visceral) del pericardio, un problema de salud que puede provocar pericarditis restrictiva e insuficiencia cardíaca diastólica
  • Los ratones que recibieron la vacuna anti-COVID por vía intravenosa también presentaron daños importantes en las células hepáticas

El Dr. John Campbell habla a continuación sobre la investigación1 que demuestra que administrar la vacuna antiCOVID de ARNm por vía intravenosa, puede inducir la miopericarditis aguda en ratones. Resulta que la mayoría del personal de salud en el Reino Unido y los Estados Unidos han administrado de forma incorrecta las vacunas antiCOVID, lo que incrementa el riesgo de efectos secundarios graves, como inflamación cardíaca.

 

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Euractiv