Urge reconciliar la política con la decencia
Por: Wilfredo Pérez Ruiz (*)
Acaba de partir a la eternidad, al momento de escribir estas líneas, un amigo al que me unió una relación de genuino cariño e intensa admiración: Armando Villanueva del Campo. Su trayectoria fue un referente de entrega, sacrificio y lealtad por un sueño colectivo. Dio muestra de firmeza, nobleza y perseverancia en su lucha por sus ideales y, además, murió en absoluta austeridad, sin riquezas materiales o acusaciones de lucro personal.