El arte de hablar sin palabras
José María Jiménez Ruiz*
A pesar de que las palabras pierden con frecuencia su significado, son un instrumento portentoso de comunicación. Pero se convierten en algo más vulnerable e ineficaz para reflejar el laberinto de nuestros sentimientos. Afirmar que se tiene o enunciar la palabra “amor” puede entenderse de forma diferente en función de quien lo escucha. En esos terrenos hablan con más elocuencia nuestros gestos. De ahí la importancia que atribuimos al lenguaje no verbal, a nuestras actitudes, nuestros silencios y miradas.