¡Dios no produce en los cielos navideños!
por Raúl Allain
El carácter consumista en las celebraciones de Navidad y Año Nuevo siempre genera en los más jóvenes una esperanza que relaciona regalos capitalistas basados en deseos que, sujetos a sucesos personales, se incitan por medio de cartas, oraciones y hasta confesiones navideñas. Esta oportunidad implicaría comunicación entre padres, familiares y sacerdotes, relaciones en degeneración por la distracción de las nuevas tecnologías. Testimonialmente, mediante estas confidencias los padres y sacerdotes pueden descubrir relaciones aún no propias en los infantes y púberes, sino de manifestaciones culturales que se alinean y complican aún más nuestro particular imaginario social. Bajo estos parámetros sociales se puede generar una inmadurez asociada y en determinadas circunstancias un inadecuado desarrollo puberal.