Se acerca el inicio de otra Feria del Sol en la ciudad de Mérida, en el marco del Carnaval, y aunque parezca increíble, dada la situación crítica en Venezuela, autoridades estadales y municipales pretenden celebrar por todo lo alto el evento en cuestión. Ahora bien, lo grave del caso no es la celebración como tal, sino el hecho de que han sido destinados importantes fondos públicos para la realización de espectáculos perjudiciales para la salud física y mental de los asistentes, fondos que debieron haber sido destinados para cubrir necesidades urgentes, como el suministro de alimentos subsidiados a numerosos ciudadanos de escasos recursos, algunos de los cuales ya compiten con los perros callejeros por los restos desechados en la basura. Para colmo esta “inversión” no dejará ganancias al pueblo merideño, sino a unos pocos empresarios (como los taurinos), y a ciertas autoridades estadales y municipales.
Por: Wilfredo Pérez Ruiz (*)
Hace un tiempo coincidí en un centro médico con una tía, quien de inmediato -apenas terminamos de saludarnos- inquirió: ¿Qué tienes? ¿Estás mal de salud? ¿Te estás haciendo chequeos? Apelando a mi ironía, no siempre bienvenida, le respondí: “Estoy realizando los exámenes prescritos por mi pediatra”. En otra circunstancia, al concluir un almuerzo familiar saqué con disimulo mis vitaminas y seguidamente fui asaltado por las interrogantes de los comensales. Se me ocurrió decir: “Son las cápsulas del día siguiente”.
Mg CPCC Luis Alberto Latínez Carpio*
Ya veníamos denunciando el desplazamiento de la mano de obra peruana calificada y no calificada por mano de obra calificada y no calificada venezolana y se viene cumpliendo.