Solidaridad generosa
Por Adolfo López Quintás*
Un edificio inmenso, si está bien estructurado, no pesa, se hace acogedor. Una sinfonía, si está bien configurada, tiene un dinamismo interno que la hace mantenerse viva y capaz de suscitar entusiasmo, no tedio. Una multitud de personas debidamente vertebradas resulta inexpugnable, debido a la energía y a la firmeza que posee.