Estado de emergencia no autoriza un gobierno delincuencial
por Guillermo Olivera Díaz; Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Claro que es legítimo y constitucional declarar el estado de emergencia, como uno de excepción, cuando las papas queman, aun cuando la perturbación del orden interno se automotive en la propia traición electoral del sinuoso gobernante Ollanta Humala, a quien ni su propia familia, que incluye a mamá Elena y papá Isaac, le perdona su “gran transformación” y mudanza hacia la acera de enfrente. ¡Trocó —¿con dolo?— el cenit con el nadir, el candidato ahora presidente!