César Lévano
El cuarto paquete reactivador de la economía, que el Ejecutivo ha sometido al Congreso, contiene medidas que pueden aumentar, por pocos días, la capacidad adquisitiva de la población; pero establece beneficios duraderos para el sector privado en general y en particular para las empresas mineras y petroleras, y abre las puertas a una nueva ola de despidos.
La línea general se inscribe en el espacio neoliberal, que ha llevado a la ruina a muchos países, incluido el Perú. Nota descollante del proyecto gubernamental es la reducción de las medidas de defensa del medio ambiente. So pretexto de eliminar trabas burocráticas —que en efecto existen—, se disminuye la vigilancia y la defensa respecto del medio ambiente.
No se requiere ningún esfuerzo de la imaginación para suponer que el gobierno de Ollanta Humala y Nadine Heredia está pensando una ofensiva en defensa de Conga, la mina de oro que Alan García autorizó deprisa, sin examinar los daños que iba a causar a las aguas, la agricultura y el paisaje de Cajamarca.
Las denuncias de ambientalistas como Reinhard Seifert y Marco Arana dieron la voz de alarma, que sirvió de arranque movilizador del pueblo cajamarquino. Seifert, ingeniero civil egresado de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Francfort del Meno, Alemania, y economista agrario graduado en la Sorbona, Francia, fue presidente del Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca desde el 2002 hasta el 2007.
Las elecciones regionales recientes han demostrado la fuerza y la convicción del pueblo de Cajamarca. Cualquier medida contra esa voluntad popular equivaldría a una provocación.
El paquete reactivador había sido aprobado el miércoles por la Comisión de Economía del Congreso con ocho votos a favor, ninguno en contra y una abstención.
El texto estaba listo para su debate, programado para ayer jueves. Esto fue frustrado por la bancada fujimorista, que ayer, en la mañana, decidió retirarse del hemiciclo en protesta por la expresión del presidente Humala, quien había dicho que el fujimorismo “nació de la cloaca”.
Los defensores de Fujimori frustraron de ese modo una discusión importante para la economía del país. En la agenda de la sesión estaban también el debate sobre la Comisión Martín Belaunde Lossio y la investigación sobre Manuel Burga.
Los defensores del fujimorato exigen que el jefe del Estado pida disculpas por la frase que pronunció. Es subida de tono, en efecto, si se asume su sentido directo: “conducto por donde van las aguas sucias o las inmundicias de las poblaciones”. Su acepción segunda solo describe un lugar “sucio, inmundo”.
Al primer mandatario corresponde precisar en qué sentido empleó el término.
Diario Uno, 21.11.2104
