La economía peruana ha encontrado en la celebración de congresos, eventos y reuniones internacionales una mina para la industria turística que crece año tras año. US$ 1.000 millones es la cifra prevista con la que se cerrará el ejercicio 2014, un 25% más que en el pasado 2013.

BCP Juan de Arona

Estos son los datos que maneja el Buró de Convenciones de Lima y que invitan al optimismo del sector turístico. El 30% del volumen de facturación se obtendrá de forma directa, es decir, a través de las contrataciones en buscadores como Expedia de vuelos con destino a Perú, reservas de hotel, restauración y gastos en souvenirs y pequeño comercio.

El resto de ingresos se extienden a otros sectores que se ven favorecidos por la llegada de este turismo profesional, según explica Carlos Canales, presidente del Buró: “El otro 70% corresponderá a negocios beneficiados de manera indirecta por el flujo de visitas que generarán estos eventos, en actividades como transporte dentro del país y entretenimiento”, señala.

En total, la economía peruana facturará del turismo de congresos US$ 200 millones más que en 2013, lo que supondría superar la barrera de los 1.000 millones de dólares y un incremento interanual del 25%.

Hasta el mes de diciembre, se celebraron en Perú 60 eventos bajo el amparo de la International Congress Tourism Association (ICCA), que exige ciertos parámetros de calidad y servicios. Casi todos ellos tuvieron lugar en Lima y ya se sitúa entre las seis primeras ciudades e cuanto a número de eventos de toda América.

Un turismo especializado en las reuniones de negocios que gasta por encima de la media de viajeros y que ha supuesto un importante motor para la economía peruana. Un dato que no pasa desapercibido y por el que se seguirá apostando en los próximos años, sobre todo, con la construcción del nuevo recinto ferial para 2017.