Aunque sigue el bloqueo y el cierre temporal de la mina de Cuajone operada por Southern Perú, se ha dado un paso clave para avanzar hacia una solución del conflicto
Más de 40 días lleva paralizada la mina de Cuajone de Southern Perú por protestas de la comunidad campesina umilaca, Pocata, Coscore y Tala, de la región de Moquegua. La comunidad campesina exige a Southern Perú una compensación de US$5.000 millones por el acceso a territorio que, según aducen, le pertenece; y un pago permanente del 5% de utilidades netas de la mina. Y ante esta exigencia, hasta hoy sigue bloqueado el acceso a agua en el campamento minero y las vías férreas que permiten a la minera de capitales mexicanos transportar cobre y otros metales a la costa peruana para ser exportados.