patricia salas 2 Dice que no es su responsabilidad revisar, sino de los profesores colegios particulares

Nuevamente salen a luz denuncias sobre libros escolares de pésima calidad. Esta vez el programa Panorama, difundió que libros elaborados por el Grupo Editorial Córdova presentan tremendos y numerosos errores en sus textos escolares, al punto que prácticamente no hay hoja que no contenga errores matemáticos u ortográficos.

Se trata de la serie de libros "Mentemati", del Grupo Editorial Córdova, para todos los niveles de educación primaria, que se emplean en unos 200 colegios particulares.

En el portal del observatorio nacional de textos escolares del ministerio de Educación, figuran todos los libros citados, pero en la misma página web señalan que "la inscripción en este registro no valida ni acredita la calidad de los textos".

Según la ley, la calidad de los mismos debe ser verificada por docentes y directores de cada una de las escuelas, por eso representantes del ministerio de Educación salieron a declarar que este problema no es responsabilidad de ellos y que además pueden multar a los colegios por aprobar libros con errores.

Ministerio irresponsable

Este caso demuestra que el Estado escapa de su deber de control y promoción de la educación de calidad. En el fondo no les interesa la clase de educación que se imparta.

En los últimos años, gobierno tras gobierno, hemos visto un permanente enfrentamiento entre profesores y el ministerio de Educación, donde, ahí sí, el Estado busca fiscalizar la calidad de los maestros y controlar sus huelgas para no subirles el sueldo, con una campaña avalada por la prensa, que subraya que los docentes muestran calidad deficiente, necesitan capacitación y evaluación de carácter obligatorio, para acceder a una mejora remunerativa.

Si el mismo Estado y todo reconocemos que junto con pocos buenos profesores hay muchísimos mediocres y deficientes, ¿por qué se les echa la carga de revisar si los libros tienen errores? Así, si una escuela tiene malos profesores, que aprueban libros pésimos, sólo tendremos mayor deterioro del nivel educativo.

La revisión y autorización de libros escolares para colegios estatales y privados debería ser responsabilidad exclusiva del ministerio de Educación, que debería tener un plantel permanente de profesores e incluso profesionales asesores especializados.

Siendo ahora la impresión de libros un negocio, por la revisión el ministerio debería cobrar a las editoriales una suma que sirva para remunerar a sus revisores, y si encuentra errores u omisiones que no cumplan con el mínimo del currículo escolar, aplicar multas crecientes, así se esmerarían las editoriales en exigir calidad a los profesores autores de los textos.

Pero nada de eso hacen, amparados por una absurda ley. La ministra parece más muerta que viva y pese a que este gobierno habló de una “gran transformación”, sigue la comparsa de destrucción de la calidad educativa emprendida por la dictadura fujimorista, que sólo busca producir generaciones de ignorantes, fácilmente manipulables, que sean mano de obra barata para perpetuar ganancias seguras a los inversionistas, visión que ya es incluso rechazada por los empresarios, decepcionados de la calidad de trabajadores, que no poseen la formación que un empresario exitoso quisiera encontrar.