La familia del suicida
José María Jiménez (*)
La persona que se suicida, dice Caín, deposita todos sus secretos en el corazón del sobreviviente, le condena a afrontar multitud de sentimientos negativos y, aún peor, a obsesionarse con pensamientos relacionados con su papel real o posible a la hora de haber precipitado el acto suicida o de haber fracasado en evitarlo.