Vizcarra aún puede disolver el Congreso
Por Guillermo Olivera Díaz*
Los constitucionalistas, esos que se llaman así o se hacen llamar, tipo Quiroga, García Toma o Blume Fortini, se creen la divina pomada, el Oráculo de Delfos, cuando interpretan un texto constitucional. Hasta crean otro mítico, de leyenda o dogmático y nos dan gato por liebre. Pobre de aquél que discrepe de ellos. A mí, me infunden miedo.