La escasez del feble
La escasez del feble
Por Alejandro Sánchez-Aizcorbe
En agosto de 1975, mi destino se había decidido. Vivía en una fábrica de ollas quebrada en el distrito de La Victoria, debajo del club de veteranos de Alianza Lima. Pancho Pequeño Pozo, natural de Huacho y personaje legendario, me había dado posada en aquel primer piso. Dormíamos en el mismo cuarto entre ollas de todos los tamaños, comíamos chita al vapor en la avenida Manco Cápac, continuábamos una amistad iniciada diez años antes en las calles de Santa Cruz.